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Los Encuentros de Música y Academia programan 50 conciertos

Está en marcha desde comienzos de mes la nueva edición de los Encuentros de Música y Academia promovidos por la Escuela Superior de Música Reina Sofía, la Fundación Albéniz y el Instituto de Música de Cámara, sucesivas creaciones de Paloma O'Shea, asistida por el Gobierno de Cantabria, Cantabria 2006, Festival Internacional y una larga serie de entidades y empresas.

En la capital y en un crecido número de ciudades y villas tienen lugar más de cincuenta conciertos de orquestas, cámaras y solistas y son muchas las intervenciones de los grandes maestros, junto a los prometedores y, con frecuencia sensacionales, alumnos españoles y extranjeros.

Es director artístico de los ciclos y orientador de las enseñanzas el profesor Paul Csaba, transilvano de origen y residente en Francia desde 1985. Se trata de un artista completo y de un enseñante ejemplar que en sus primeros trabajos de este curso nos ha dado ya versiones de tan alta categoría como la del Concierto para orquesta, de Bartok, o el Concierto para clarinete en La, de Mozart, protagonizado por otro fuera de serie como es Paul Meyer (Mulhouse, 1965), uno de los grandes del instrumento. En todas las obras, así como en la obertura La bella Melusina, de Mendelssohn, sentida con encendida pasión por una audiencia que sabe y entiende. Admirar la anticipada madurez de los jóvenes instrumentistas de la orquesta excede la mera profesionalidad: se trata de asimilar y vivir en toda su hondura cada una de las obras.

Actitud decisiva y benefactora que aplaudimos en las sesiones de cámara con el Mozart sabio e imaginativo del Cuarteto en re mayor Hoffmeister, el número 3 de Bartok, página maestra de su autor en la década de los años veinte, y el espléndido Quinteto con piano de Dvorak, capaz de poner al rojo vivo el entusiasmo del público ante la belleza sonora y el virtuosismo limpio del pianista David Kadouch (1983), formado en Niza, París y Madrid, y del Cuarteto Quiroga, formación que quiere exaltar los méritos del que fuera gran violinista y compositor gallego Manuel Quiroga. Citemos a otro pianista, el húngaro Belazs Fulei, por su impresionante versión de la Sonata en si menor de Franz Liszt, antes de que el Cuarteto Esteves hiciera prodigios con Mozart y Ravel, los dos músicos más perfectos al decir del maestro Celibidache.

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