"Afganistán es la misión más compleja de la historia de la Alianza"

La periodista Christina Lamb, que lleva 20 años cubriendo Afganistán, recordaba recientemente una frase del último gobernador británico, sir Olaf Caroe: "A diferencia de otros conflictos, en Afganistán las cosas se ponen feas de verdad sólo cuando la guerra ha acabado". La visita a Madrid del secretario general de la OTAN, el holandés Jaap de Hoop Scheffer, de 58 años, coincide con la muerte en un ataque talibán de un soldado español, un trágico recordatorio de la violencia que sigue padeciendo este país asiático y de la certeza de sir Caroe. Scheffer se entrevistó ayer en Madrid con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como con el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y pronunció una conferencia en la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (Fride), antes de regresar a Bruselas.

"Los talibanes están poniendo a prueba las opiniones públicas de los países aliados para ver si logran evitar que sigamos allí"

"La OTAN puede hacer todo lo posible en la seguridad, pero necesitamos un compromiso de la comunidad internacional con la reconstrucción"

Pregunta. ¿Es Afganistán la misión más peligrosa en la que se ha embarcado la OTAN?

Respuesta. Creo que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) es la misión más compleja en la que se ha embarcado la OTAN en su historia. Pero, dicho esto, si se mira lo que era Afganistán hace sólo unos años y lo que es ahora, a pesar de las dificultades, de la trágica pérdida de vidas, como la del soldado español, si vemos que hay un presidente electo, consejos provinciales, que hay un Parlamento, que seis millones de niños van a la escuela, queda claro que se han producido importantes avances en la reconstrucción. Sin embargo, es verdad que queda mucho trabajo por hacer para la OTAN, que debe crear un clima de seguridad y estabilidad en el que pueda producirse un mayor avance en la reconstrucción

y España desempeña un papel crucial allí y está pagando un precio muy alto. No hay que olvidar que es una misión con mandato específico de Naciones Unidas. Es una misión muy compleja y hay gente que trata de hacer que el proceso fracase, y habrá que enfrentarse a ellos. En el sur de Afganistán estamos doblando las fuerzas de la coalición, llegando a 6.000 donde antes había 3.000.

P. Pero en Kosovo, una región mucho más pequeña y sin insurgencia, hay 17.000 efectivos de la OTAN. ¿Son suficientes 9.000 efectivos para la ISAF?

R. Sí, son suficientes. En lo que concierne a los números, vamos hacia los 16.000 soldados en cuanto terminemos la tercera fase. Cuando lleguemos a la cuarta fase, con el despliegue en el sur y sureste, esperamos alcanzar los 25.000 o 26.000 efectivos. Una cosa muy importante es la división de responsabilidades: no hay que olvidar que en Afganistán hay un Ejército nacional y unas fuerzas policiales. La primera responsabilidad corresponde al Gobierno afgano, al Ejército nacional, que se está desplegando también en el sur del país. En otras palabras, basándonos en nuestro plan de operaciones, la OTAN no hace el trabajo sola. Por eso el número de tropas y nuestras normas de enfrentamiento son suficientes para llevar a cabo la misión. ¿Es peligrosa? Sin duda, como ha quedado demostrado con la trágica muerte del soldado español hace dos días.

P. ¿Contempla la OTAN la posibilidad de que la misión en Afganistán pueda acabar siendo en un fracaso?

R. De ninguna manera. Es algo que no contemplamos por la sencilla razón de que los afganos nunca deberían padecer un fracaso. Es importante que, bajo la responsabilidad afgana, la comunidad internacional en su conjunto dé un paso adelante. Lo que quiero decir es que la OTAN puede hacer todo lo posible para crear un clima de seguridad, pero necesitamos un compromiso urgente de la comunidad internacional con el desarrollo de Afganistán; es un proceso a largo plazo. Hay que construir escuelas, se necesita electricidad y agua corriente... Pero la OTAN no puede hacer el trabajo sola. El G-8, la UE, la ONU deben darse cuenta de que cuando no se construyen carreteras no se crean mercados; si no creas mercados, el granjero no puede llevar sus productos; si dices al granjero que deje de cultivar opio tienes que ofrecerle una forma de vida alternativa. En otras palabras, la comunidad internacional tiene que aceptar su responsabilidad con Afganistán. La OTAN forma parte de la comunidad internacional y junto a 37 naciones, entre ellas España, hará su trabajo en la seguridad. Si se le pregunta a un afgano cuál es su mayor problema, no responderá que los talibanes, sino que no tiene trabajo, que no hay escuelas, que no hay un sistema legal que funcione, ni agua corriente. Además, es una misión clave en la lucha contra el terrorismo. Imagine lo que pasaría si Afganistán volviese a convertirse en un Estado fallido.

P. Pero cada primavera, cuando los talibanes se han reagrupado durante el invierno, la violencia es peor que el año anterior. ¿Es éste un proceso imparable?

R. Es un hecho que hay un aumento de la violencia talibán. No se puede olvidar que la violencia está muchas veces relacionada con el narcotráfico y que se produce dentro de formas habituales de comportamiento criminal. Lo que están haciendo los talibanes es poner a prueba a la opinión pública española; por eso estoy tan satisfecho de la respuesta del presidente Zapatero. Los talibanes están poniendo a prueba las opiniones públicas española, británica, australiana, canadiense, para ver si logran evitar que sigamos allí. Están poniendo a prueba las opiniones públicas con la esperanza de aterrorizarnos. No es una misión fácil, pero los aliados están demostrando su compromiso.

P. Varios analistas aseguran que lo peor que le ha pasado a Afganistán es Irak, porque tanto el Reino Unido como Estados Unidos han desviado una parte esencial de su atención. ¿Está de acuerdo con este análisis?

R. ISAF es una operación separada de Libertad Duradera [la operación antiterrorista liderada por EE UU]. En lo que concierne a la OTAN, no vamos a comparar Irak y Afganistán, porque no es el mismo escenario. Vamos a demostrar en la OTAN que podemos hacer el trabajo, para el que hemos recibido una petición concreta de Naciones Unidas.