La ONU fracasa en su intento de control del tráfico de armas ligeras

La conferencia sobre armas ligeras celebrada durante las últimas dos semanas en el marco de Naciones Unidas concluyó la pasada madrugada con un fracaso. Los estados fueron incapaces de consensuar una declaración política que permitiera reforzar los controles en las transferencias, como pedían los representantes de la sociedad civil, y establecer principios que sirvieran de espina dorsal para un tratado internacional que regule el comercio de armas.

La reunión, que arrancó en Nueva York el 26 de junio, tenía como objetivo revisar los avances logrados en los últimos cinco años en la aplicación del Plan de Acción contra el tráfico ilícito de armas, adoptado en 2001. La ONU estima que una cuarta parte de las armas de pequeña munición que se comercializan en el mundo entran en las redes clandestinas, lo que exacerba los conflictos y la violencia. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió a los países que aparcaran sus diferencias y se concentraran en salvar vidas.

Las ONG esperaban conseguir al menos un acuerdo de mínimos, sobre todo en el reforzamiento de los controles. Las discusiones se mantuvieron hasta el último minuto para intentar desbloquear la negociación y lograr sumar a Cuba, Irán, Israel, Venezuela, Pakistán y EE UU al consenso global, pero no se logró.