La exposición de Picasso se completa con un curso sobre el pintor

La sala Velázquez del Prado fue ayer el escenario de la apertura del curso Picasso: ida y vuelta, que organizan la Fundación Amigos del Museo del Prado y la Real Asociación del Museo Nacional Reina Sofía, dentro de los cursos de verano 2006 de la Universidad Complutense. Hasta el próximo jueves, historiadores, escritores y conservadores, entre ellos, Jorge Semprún, Georges Didi-Huberman y Juan Pablo Fusi, analizan las relaciones de Picasso con los grandes maestros antiguos y contemporáneos y los principales hechos artísticos e históricos del siglo XX.

El curso, que tiene 180 matrículas, se desarrolla en los dos museos que comparten la exposición Picasso. Tradición y vanguardia y está dirigido por Francisco Calvo Serraller, comisario junto con Carmen Giménez de la muestra que conmemora los 25 años de la instalación del Guernica en España y los 125 del nacimiento del artista. En la conferencia de apertura, Calvo Serraller recorrió con Picasso sus estancias en Málaga, A Coruña, Barcelona y Francia y se mostró partidario de una revisión de la historiografía artística del siglo XX, con especial atención al cubismo. El historiador Juan Pablo Fusi analizó el papel de los intelectuales y la política en los años treinta.

En el auditorio del Reina Sofía se desarrolla el resto del curso. Hoy intervendrán el conservador José Álvarez Lopera, sobre el joven Picasso y el Greco; y el escritor e historiador Gijs van Hensbergen, sobre el pasado y el futuro del Guernica, para dar paso mañana al historiador francés Georges Didi-Huberman, sobre La imagen como llanto, y al conservador Javier Barón, sobre el último Picasso y los maestros antiguos. El ciclo se cierra el jueves con Jorge Semprún, que hablará sobre el sueño y la verdad de Picasso.

El Prado y el Reina Sofía, que comparten el curso y la exposición, vista por 150.000 personas entre los dos museos, se presentan como ejemplo de lo que son capaces de hacer juntos, según Rodrigo Uría, presidente del patronato del Prado, sin necesidad de "discusiones de rebotica" sobre los límites de las colecciones de los dos centros, que ahora se establece por ley en el año 1881, fecha del nacimiento de Picasso.