Narbona dice que el debate para frenar la pérdida de arena en las playas no es económico, sino técnico

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, manifestó ayer su voluntad de consensuar con el Ayuntamiento de Barcelona una solución para la continua pérdida de arena de las playas de la ciudad. Una solución que, según explicó la ministra tras visitar las nuevas instalaciones de la depuradora del Besòs, no es "económica", sino técnica. Sobre la mesa hay dos propuestas, ambas elaboradas por el Ministerio: una consiste en construir un gran dique de 2,5 kilómetros, y la otra -que cuenta con el beneplácito del Ayuntamiento-, 13 pequeños espigones sumergidos.

El alcalde Joan Clos y Narbona expresaron ayer la voluntad de ambas administraciones de encontrar una solución para evitar que las playas de la ciudad, que son artificiales, sigan perdiendo metros cúbicos de arena cada vez que hay un temporal. Los dos explicaron ayer que la decisión final sobre el proyecto, que tomará el Ministerio de MedioAmbiente en septiembre, dependerá únicamente de criterios técnicos.

En este sentido, un grupo de científicos está reproduciendo en un laboratorio, a pequeña escala, el comportamiento de la arena de las playas de Barcelona. El objetivo del estudio, recordaron Narbona y Clos ayer, es analizar con detalle las opciones que hay sobre la mesa para acabar con la continua pérdida de arena.

En este sentido, Clos recordó que se valorará el proyecto que signifique un "menor impacto ambiental" y Narbona insistió en que se busca la "máxima exigencia y rigor". La ministra destacó su voluntad de encontrar una solución de consenso, todo lo contrario de lo que hacían los ejecutivos del PP con el Plan Hidrológico Nacional, aseguró.

Las playas de Nova Icària, Bogatell, Mar Bella y Nova Mar Bella comparten la misma orientación y como constatan las Administraciones, pero sobre todo los bañistas, pierden mucha arena en los temporales. En consecuencia, la reposición de la arena tiene que ser constante.

Para frenar esta situación, Medio Ambiente propone construir frente a las cuatro playas un gran dique submarino de perfil trapezoidal de 2,5 kilómetros de longitud, cuya parte superior esté a dos metros de la superficie del mar.

El Ayuntamiento de Barcelona no comparte la decisión de la Administración central y recuerda que en un anteproyecto anterior Medio Ambiente optaba por construir 13 pequeños espigones en los extremos de cada playa, opción que defiende el consitorio, ya que éstas continuarían estando abiertas al mar.

Los técnicos municipales recuerdan que construir un gran dique continuo podría significar "convertir las playas en piscinas", ya que el agua del mar se estancaría. Los practicantes de surf también lamentan la construcción del dique porque supondría, a su juicio, eliminar las grandes olas de estas playas.

En la playa de la Barceloneta, el Ayuntamiento comparte la solución propuesta por Medio Ambiente: un dique que se elevará un metro sobre el nivel del mar.