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Entrevista:SILVIA ANTÓN | Educadora | Los derechos de los homosexuales

"Frente a la victimización, el descaro y la alegría"

Silvia Antón y sus amigas, cada una con una camiseta de un color del arco iris, como la bandera del movimiento de lesbianas y gays, han venido juntas a la manifestación. "También viene mi novia", matiza Antón, de 30 años, educadora de familia y de menores del Ayuntamiento de Leganés (Madrid).

La mujer sólo tiene un pequeño titubeo antes de dejarse entrevistar y de posar para el fotógrafo: sufrir alguna represalia en su trabajo de educadora por el hecho de reconocerse públicamente como lesbiana. "Con mis jefes no habrá ningún problema. Y si lo hay con alguna de las familias de los chicos con los que trabajo, pues... peor para ellos. Ya me comeré este marrón si llega", dice en un pequeño arrebato. Más serena, Silvia Antón continúa: "En nuestro protocolo de trabajo está educar en la diferencia. Educar contra la homofobia es parte de mi tarea, así que al que no le guste que salga en el periódico, que se aguante".

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Antón lleva más de cinco años asistiendo a la manifestación del Orgullo. Aunque el grupo desborda alegría y ganas de juerga, la mujer se pone seria a la hora de explicar el motivo: "Hay que manifestarse porque todavía hay muy poca visualización del mundo lésbico, y lo que se ve del mundo gay es bastante estereotipado. Hay que defender nuestra autoafirmación. Como minoría estadística que somos, debemos tener los mismos derechos que los y las demás".

Las leyes de matrimonio homosexual y de Identidad de Género "se supone" que reconocen estos derechos, afirma Antón, "pero todavía queda un largo trecho hasta que llegue la igualdad real".

Este mensaje no es contradictorio con el aspecto festivo de la manifestación. A Antón y a sus amigas, que están a punto de ser parte de esa manifestación-cabalgata, ello les parece bien. "Parte de nuestras reivindicaciones son para que cambien las normas de muchas cosas, también de las manifestaciones", afirma. "Las lesbianas y los gays han aprendido a hacer algo valeroso de aquello de lo que se reía el resto de la sociedad. Frente a la victimización hay que reivindicar el descaro y la alegría. Es nuestra forma de ser", añade.

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