Guantánamo
Es clamoroso el rechazo mundial a las prácticas estadounidenses en su guerra contra el terror. Se revelan espeluznantes nuevos casos sobre desmanes en Irak y el Gobierno Bush permanece sordo y mantiene a unos 400 prisioneros en Guantánamo sin cargos y en condiciones ajenas a las normas internacionales sobre derechos humanos. Sólo han formulado cargos contra 10 prisioneros de la base naval, entre ellos el etíope Binyam Ahmed Mohammad, auténtico compendio de las atrocidades e ilegalidades norteamericanas en esta guerra insensata. Capturado ilegalmente, pasajero de vuelos secretos, recluido en prisiones ocultas al escrutinio internacional, trasladado por medio mundo y salvajemente torturado en Pakistán, Afganistán y Marruecos antes de recalar en Guantánamo.
Le juzgará una comisión militar que viola las normas internacionales de justicia procesal por cargos derivados de sus confesiones bajo tortura. Abogados de otros presos recurrirán sus acusaciones contra sus clientes ante la ilegalidad con que se obtuvieron. Ésta es la justicia estadounidense para los prisioneros de Guantánamo. ¿Harán falta otros cuatro años para acabar con el calvario de estas 400 personas? El señor Bush tiene la última palabra vista la incapacidad de la comunidad internacional.
