La playa gana a las rebajas
La temporada de verano de descuentos comienza con todos los tópicos y una asistencia poco nutrida de compradores
Un grupo de personas mayores, sobre todo mujeres, espera en primera línea a que se abran las puertas de El Corte Inglés de la plaza de Catalunya de Barcelona, un edificio de ocho plantas repleto de toda clase de mercancías, un clásico de las rebajas. Un poco más atrás, otras mujeres, éstas jóvenes, hablan distraídamente fumando un cigarrillos. El ambiente es de tópica expectativa. Es sábado 1 de julio y, como cada año, es el tiempo de buscar las mejores ofertas de las rebajas de verano.
Quienes hasta hace unos minutos hacían como si con ellos no fuese la fiesta se acercan a la puerta a medida que van faltando menos minutos para las diez de la mañana, la hora de apertura.
Las cámaras de televisión (otro tópico que nunca está ausente en las rebajas) están allí y quienes las manejan intentar esforzarse en encontrar tomas nuevas para captar el momento cumbre, casi como si se tratase de una carrera, en la que se espera el disparo inicial.
Cuando el grupo entra, la alegría se percibe por las voces de algunos, que saltan contentos haciendo ruidos infantiles. El grupo se divide. La mayoría toma las escaleras mecánicas y en los minutos siguientes no se detiene el flujo de cuerpos, que suben las escaleras vestidos para el verano.
Mientras tanto, por la planta baja se dispersa otra parte del grupo, como si de hormigas en una zona de picnic se tratara.
Ha comenzado oficialmente la temporada de rebajas de verano y, como cada año, los fieles a este tipo de compras y los curiosos se han agolpado en las entradas de los comercios del centro de Barcelona. Aunque en Madrid comenzaron oficialmente hace 10 días y muchas tiendas de la misma Barcelona ya trabajaban con precios de oferta, los grandes almacenes han esperado hasta el 1 de julio para rebajar sus productos.
Carmen, una dependienta del área de moda femenina, explica que por ser domingo el segundo día de rebajas, se puede entender que ayer la asistencia de compradores no fuera masiva, sino más bien escasa.
El fabuloso día de sol y calor atrajo a la gente a las playas y dejó las tiendas con una presencia de compradores no muy abundante.
Según el secretario de la Confederación de Comercio de Cataluña, Miquel Àngel Fraile, las ventas de las rebajas ascenderán a 640 millones de euros, el 15% de la facturación de todo el año.
En las tiendas de Barcelona, los descuentos del 10%, el 20% y hasta del 50% y el 60% -en muchas ocasiones los carteles que anuncian las rebajas tapan los mismos productos a la venta- atraen a los compradores. Joyerías, zapaterías, tiendas de ropa, de lencería, de libros... hay ofertas para todos los gustos y bolsillos.
Angelo, de 30 años, es un turista italiano que dijo que no había viajado a Barcelona para ir de compras, sino de vacaciones, pero que inevitablemente, de tanto mirar, algo se llevará. Por su parte Noelia, de 67 años, lleva 13 yendo a las rebajas de verano. Este año busca, sobre todo, regalos para sus dos nietos, a los que les encanta el mar.
Los estudios señalan que los catalanes destinan 240 euros a productos rebajados, y de éstos, 100 a colecciones de verano. Fraile precisa que los artículos relacionados con la moda serán los más vendidos.
Sobre las condiciones básicas que deben cumplir las 30.000 tiendas que en Cataluña realizan rebajas, Fraile recuerda que, entre otros requisitos, deben "ofrecer los productos de esta estación a un precio inferior", "tener los dos precios [el inicial y el rebajado] visibles" y "no reducir servicios".
La Generalitat ha multado a varias tiendas que se han adelantado a las rebajas con ofertas especiales para sus clientes.
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