Israel descabeza a Hamás en Cisjordania
El Ejército detiene a 83 dirigentes islamistas palestinos, entre ellos 8 ministros, 20 diputados y varios alcaldes
Era cuestión de tiempo. El Gobierno israelí, que considera terroristas desde el primero al último de los miembros de Hamás, detuvo durante la madrugada de ayer a 20 diputados, a 8 de los 25 ministros palestinos y a los alcaldes de varias ciudades de Cisjordania. Fueron arrestados hasta 83 dirigentes del partido islamista, que ha quedado descabezado. Es un paso más en la estrategia de presión sin pausa para la liberación del soldado Gilad Shalit, cautivo en Gaza de las milicias palestinas. Los llamamientos de la comunidad internacional se repitieron para que el Ejecutivo de Ehud Olmert modere su actitud. Las detenciones, decididas hace semanas por el Gobierno, fueron aprobadas el miércoles por el fiscal general de Israel, Menahem Mazuz.
Un ataque aéreo destruyó anoche el edificio del Ministerio del Interior en Gaza
Las detenciones se produjeron en Ramala, capital de Cisjordania, Kalkilia, Hebrón, Yenín y Jerusalén Este. El viceprimer ministro palestino, Nasser Shaer, y los responsables de Hacienda, Asuntos de los Prisioneros, Trabajo, Asuntos Sociales, y Asuntos de Jerusalén, entre otros, fueron arrestados, así como 20 diputados. Sus fotografías fueron colocadas en los escaños vacíos del Legislativo palestino en Ramala. Todos serán sometidos a la jurisdicción penal israelí, según informó Mazuz.
La indignación por la operación es notoria. "No tenemos Gobierno, no tenemos nada. Todos han sido capturados. Esto es absolutamente inaceptable y exigimos su inmediata liberación", afirmó Saeb Erekat, cercano colaborador del presidente palestino, Mahmud Abbas, y encargado en el pasado de las negociaciones con Israel. "Se trata de un plan previsto con anterioridad para destruir la Autoridad Nacional Palestina y el Parlamento y para humillar a los palestinos", declaró el portavoz de Hamás, Mushir al Masri.
La ofensiva es una guerra contra Hamás en toda regla. La crisis por la captura del militar israelí coincide con las detenciones de ayer, pero desde el Ejecutivo de Ehud Olmert se han repetido sin cesar las amenazas contra estos dirigentes, a los que responsabilizan del lanzamiento de cohetes artesanales Kassam sobre suelo judío. Aparte de las detenciones en Cisjordania, los ministros israelíes no se cansan de repetir que el primer ministro palestino, Ismail Haniya, y el resto del Gobierno tampoco están a salvo en la franja de Gaza.
Los cazas israelíes sobrevolaron anteayer Damasco (Siria) en un claro mensaje al presidente, Bachar el Assad, y al líder de Hamás en el exilio, Jaled Meshal, que reside en esta ciudad y al que se considera promotor de la operación en la que fue capturado el militar judío. Pocos dudan de que Meshal será objetivo de un atentado israelí. No faltan precedentes de ataques de la aviación o de los servicios secretos del Estado judío en Siria y en otros países árabes. "Meshal recibe protección en Damasco, mientras los sirios entregan armas [a la guerrilla libanesa] Hezbolá. Tienen que comprender que las cosas no pueden seguir así", aseguró el ministro israelí de Vivienda, Meir Shetrit.
Es probable que la detención de los líderes fundamentalistas haya influido en la decisión del Ejecutivo israelí de aplazar la incursión en el norte de Gaza de sus tanques, blindados y tropas a través de la ciudad de Beit Hanun. Pero es poco probable que con ello logren su propósito de que el cabo Shalit, capturado en una base militar israelí adyacente a la frontera sureste de Gaza el domingo, sea liberado. "No son piezas para negociar un intercambio por el cabo Shalit. Es simplemente una operación contra una organización terrorista", afirmó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.
Reunido en Moscú, el G-8, que agrupa a los países más industrializados del mundo, aseguró que el encarcelamiento de los políticos de Hamás despierta una "particular preocupación" y pidió contención al Gobierno de Olmert. Una contención que apenas se reclamó después de que el Ejército israelí ejecutara varias operaciones que hacen imposible la vida a la población civil -destrozo de los puentes en las carreteras que unen el norte con el sur de Gaza y el bombardeo de la central eléctrica de Al Mugraga, que ha dejado sin luz a casi 800.000 de los habitantes de la franja-, y que suponen un claro desprecio a los convenios internacionales suscritos por el Estado judío para la protección de los civiles.
Mientras, la franja de Gaza sigue sometida al bombardeo incesante del Ejército israelí. Durante esta madrugada, la fuerza aérea destruyó el Ministerio del Interior en la ciudad de Gaza, en el primer ataque contra un edificio oficial desde la victoria electoral de Hamás. No se informó de que se hubieran producido víctimas. La aviación israelí también bombardeó la Universidad Islámica de Gaza, al igual que la noche anterior, y unas oficinas de Fatah, el partido del presidente Abbas.
Un dirigente de Yihad Islámica resultó herido por el misil lanzado por un caza en la capital de la franja y otro miliciano salió ileso. También fueron bombardeados unos transformadores eléctricos, dejando sin luz a los cerca de 180.000 habitantes de los enclaves de Beit Hanum, Beit Lahia y Yabalia, al norte del territorio.
Y en una muestra del sitio al que está sometida la franja, milicianos palestinos abrieron con explosivos un boquete en el muro que separa Gaza de Egipto, en el llamado corredor Filadelfi. Miles de personas aguardan desde hace días en el lado egipcio para llegar a la franja. El cruce de Rafah está, como los demás pasos de mercancías y personas, totalmente clausurado desde hace cinco días. Son tiempos de vacaciones y numerosos palestinos residentes en países árabes vuelven en esta época para reunirse con sus familias.
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