Oportunidad fallida
Cuando se está habituado a juzgar nuevas versiones de grandes, míticas, intocables películas de terror, ante el estreno del remake de Las colinas tienen ojos (Wes Craven, 1977) se puede palpar la posibilidad de que aquí sí pueda haber razones en las que confiar para que un nuevo talento sea capaz de sacar partido a un producto de cierto éxito entre los fanáticos de su tiempo, aunque convertido más tarde en película de semiculto más por razones extrínsecas que por su más que dudosa calidad. Vista hoy, la cinta original de Craven mantiene una apreciable frescura en la realización de un entonces joven director, que poco más tarde alcanzaría el cenit de su carrera con Pesadilla en Elm Street (1984). Sin embargo, tanto la escritura del propio Craven, como su diseño de producción, dejaban tanto que desear que tres décadas más tarde muchos pasajes dan casi más risa que miedo.
LAS COLINAS TIENEN OJOS
Dirección: Alexandre Aja. Intérpretes: Kathleen Quinlan, Ted Levine, Vinessa Shaw, Dan Byrd. Género: terror. EE UU, 2006. Duración: 105 minutos.
El francés Alexandre Aja, fichado por Hollywood tras Alta tensión (2003), tan salvaje como gratuita, tan aparente como tramposa, ha compuesto en la nueva versión de Las colinas tienen ojos un cuento de horror sobre el reverso tenebroso del sueño americano, con sus banderas en el porche y sus cercas pintadas a lo Norman Rockwell. Aja se aplica en ofrecer al libreto algunas aportaciones de cierto interés (el cementerio de automóviles, a pesar de la muy mal analizada información posterior; las consecuencias de las pruebas nucleares; el encierro en la mina...), sin embargo, al igual que en el filme original, desde la aparición de los habitantes de las montañas la historia se derrumba hacia un banal baño de sangre repleto de hachazos en primer plano que, salvo los zambombazos musicales a traición, repugna más que asusta. Por cierto, si hay alguna embarazada en la sala se recomienda que cierre los ojos en los títulos de crédito iniciales.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.