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VIENA: Farolas con reflectores

En Viena sólo se instalan farolas con reflectores que dirijan la luz hacia abajo desde hace tres años. Viena parece una ciudad bajo una telaraña. Las calles están cubiertas por redes de cables de los que cuelgan las farolas, que iluminan bien el centro de las calzadas pero dejan las aceras a media penumbra. Es un sistema ahorrativo, que protege a los habitantes de tener demasiada luz.

Las viviendas vienesas no suelen tener persianas, por lo que la gente está expuesta a la luz exterior. Es una ciudad con un casco histórico muy cuidado, y no cuenta con ninguna ley contra el uso de iluminaciones de neón.

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