Goya inventó y dibujó
El pintor aragonés proyectó erigir en el Retiro un cono semejante a los hitos aztecas en memoria de los héroes de mayo de 1808
La obra de Francisco de Goya, tan vinculada a Madrid, revela cada día nuevas sorpresas. Una de ellas, su vocación por la arquitectura; más precisamente, la arquitectura funeraria. Esta afección ha sido evocada estos días en que Madrid erige en la rotonda de Atocha, muy cerca del Retiro, un andamio de cuatro plantas para construir un monumento a las víctimas del 11 de marzo de 2004, de 11 metros de altura por 8,50 de diámetro. En él constarán los nombres de los muertos en los trenes y algunas de las más emotivas frases con las que el pueblo de Madrid evocó sus muertes. Dos siglos antes, Goya propuso alzar en el tan cercano parque del Retiro un memorial dedicado a los héroes de mayo de 1808.
La sorpresa la componen hoy dos extraños dibujos, en poder de la Biblioteca del Museo del Prado, en los que Francisco de Goya trazó dos pirámides distintas, una de ellas asombrosamente similar a las que pueblan el sur de México. Ambas figuras cónicas, aunque bien distintas, fueron ideadas entre 1808 y 1820 para ser erigidas en las inmediaciones del Retiro, como la ornamentación de sus dibujos sugiere.
La primera pirámide es abstracta, dibujada a la tinta china; su componente dominante es la geometría. Representa una construcción de unos 32 metros de frente, con dos cuerpos horizontales superpuestos, el primero de unos cinco metros de altura y el segundo, de 1,5 metros, aproximadamente. Sobre él se eleva un cono escalonado con 20 gradas. La base cuenta con 12 ventanas separadas por columnas, que enmarcan una puerta central. Al lado derecho de la cancela, un grupo de personas embozadas surge perfilado con débiles trazos. Su inclinación, al modo de personas dolientes, ha permitido interpretar al historiador del Arte Carlos Sambricio que la pirámide fue concebida por Goya como un monumento funerario. Sambricio añade a su descripción una enigmática cita: "Con sus dibujos, Goya demuestra haber visto el viejo saber y su importancia radica en anunciar la presencia del maestro que, en su momento, lo puede alterar".
Para Luis Aparisi Laporta, investigador del Instituto de Estudios Madrileños y experto en la estatuaria monumental del parque madrileño, "la pirámide fue un proyecto pensado específicamente para el Retiro y su destino era el de rendir tributo a los héroes madrileños del Dos de Mayo, aunque la pirámide nunca fuera edificada", añade. Aparisi prepara un estudio al respecto.
El perfil del cono queda inserto en un horizonte boscoso donde se adivina el paisaje de Madrid. La pirámide, con los escalones que la coronan, se asemeja por su planta dentada a la azteca de Tajín, como ha subrayado el académico Antonio Bonet Correa. Éste remarca que Goya, que no viajó nunca a México, "pudo haber tenido noticia de una construcción como ésa a través del jesuita Pedro Márquez, académico, como él, de la de San Fernando". Al pie izquierdo del dibujo figura manuscrita la leyenda: "Goya inventó y dibujó". El boceto perteneció a la colección del conde de Casa Torres, padre de la reina Fabiola de Bélgica, y fue incluido por Francisco Javier Sánchez Cantón en su colección de dibujos del Museo del Prado. Algunos especialistas han subrayado que al diseñarla, Goya pudo haberse inspirado en obras del arquitecto francés C. W. Ledoux durante sus viajes a Francia. A la sazón, era usual este formato constructivo allí tras el retorno de Bonaparte desde Egipto.
Goya dibujó, además, con mucho detalle e impronta figurativa una pirámide hueca en su base, de unos 60 metros de altura y al menos 20 cada lado de base, con hiladas de piedra y por cuyo interior circulaba el tránsito de una ciudad, con certeza Madrid: junto a la pirámide se ve una suerte de coso taurino, junto a la puerta de Alcalá y el Retiro, que hoy alberga en la Chopera el Bosque de los Ausentes.
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