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Reportaje:El referéndum del Estatuto catalán

La generación del Estatuto

Los jóvenes que aparecen en esta página tienen en común haber nacido a partir de 1979, el año en el que se aprobó el Estatuto vigente. El mayor tiene 27 años y el menor, 18. Representan un amplio abanico de ocupaciones, ideologías y procedencias socioeconómicas.

Han asistido al debate estatutario con más o menos interés, pero confiesan que su atención ha disminuido a medida que pasaban los meses y, como dicen algunos, cada partido "ha ido barriendo para su casa". Observaron con cierta emoción el consenso del 90% del Parlamento catalán que votó el texto el pasado 30 de septiembre. A partir de aquí, unos se han ido decepcionando con los recortes que la propuesta ha sufrido en las Cortes y otros recuerdan que la rebaja formaba parte del proceso.

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Otro de los reproches que comparten muchos entrevistados es la incapacidad que han demostrado los políticos del gobierno tripartito para mantenerse unidos. Un gobierno de izquierdas -después de 23 años de una Generalitat nacionalista monocolor- era, afirman muchos, una esperanza de cambio que no se ha logrado mantener ni por espacio de tres años.

Por todas estas cuestiones, los jóvenes se muestran escépticos ante las urnas. Recuerdan que se trata de votar un texto y no un partido, pero tienen claro que el crispado contexto político influirá en su decisión: muchos votarán "por responsabilidad" o para "evitar mayores ataques desde Madrid". La abstención es otra opción. Y aunque son varios los que lo tienen en mente, sólo un joven se mostró seguro de que votará no.- Paula Vives. Actriz y estudiante. Conocida por su papel de Mercè en la serie de TV3 El cor de la ciutat, Paula Vives (Barcelona, 1987) afronta su primera cita en las urnas sin saber qué votará. "Esto de la política es muy complicado", dice. Descarta votar no, "porque puede ir en contra de nosotros en futuras reivindicaciones". Y critica la actitud "partidista" de los políticos catalanes, sospecha que actúan: "Deben decir cosas que no creen ni ellos".

- Omar Mosquera. Cocinero. En el restaurante Ósmosis el referéndum es el tema de conversación de muchos comensales. Pero Omar Mosquera (Barcelona, 1980), su propietario, no habla de política con los clientes. Y menos del Estatuto, que en su opinión "ha perjudicado" a Cataluña al "degradar" su imagen en el resto de comunidades. "Creen que todos somos independentistas, que nos queremos ir de España... Cosas que no son ciertas, pero que se han ido generando", lamenta. Aun así, irá a votar el texto, que, en general, considera positivo.

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- Diego Pol. Secretario de Cogailes. Estudiante de Derecho, Diego Pol (Barcelona, 1985) preside el Grup Jove, una asociación que trata de apoyar y orientar a adolescentes homosexuales. Pol, que se conoce al dedillo los contenidos del Estatuto, está convencido de que éste "mejora mucho el autogobierno de Cataluña". A su juicio, si la gente no está animada es porque durante el proceso de su elaboración en el Parlament y las Cortes no se explicó bien. "Es un paso adelante del Estado autonómico al federal", considera. Su artículo preferido es el que recoge la no discriminación por orientación sexual. "Es la primera vez que lo hace un Estatuto", remacha.

- Roser Bou. Médicos Sin Fronteras. Compagina sus estudios en la Escuela de negocios ESADE con un empleo en la ONG Médicos Sin Fronteras. Desde allí, Roser Bou (Tarragona, 1983), está acostumbrada a asistir a crisis humanitarias de las que los medios apenas hablan, mientras se centran en cuestiones como el debate del Estatuto. Critica que "los partidos no han parado de liarla", hasta el punto de que "los catalanes", dice, "hemos sido el hazmerreír". Está entre votar sí, porque pese a los recortes del texto, "algo hemos avanzado" o en blanco. El no lo descarta "porque va en contra de Cataluña".

- Yacine Belahcene. Músico y diseñador. Hijo de argelino y catalana, el ex cantante de Cheb Balowski y hoy líder de la banda Nour, Yacine Belahcene (Padua, Italia, 1979), no sabe qué votará porque no acaba de fiarse de los políticos: "Muestran una euforia que no responde a la realidad de los ciudadanos". Considera que el Estatuto "se ha convertido en una lucha casi personal de Maragall. Parece que tengamos que ir a salvarle la cara". Al tripartito le reprocha que mientras parte de la sociedad "tenía esperanza en un Gobierno de izquierdas, haya sido todo humo y cada uno haya ido a lo suyo".

- Joan Coletas. Agricultor. "No me han gustado los recortes, pero si sale no ¿qué pasara?". Es la reflexión que se hace Joan Coletas (Pujalt, Barcelona, 1984), que trabaja en una explotación agrícola familiar de la Anoia. A pesar de que no tiene claro si apoyará el Estatuto, se inclina por el . Teme que si dice no su voto pueda ser usado "por los sectores más rancios de España" y por los que quieren castigar el tripartito. De los recortes, le molesta que la definición de Cataluña como nación haya saltado del articulado. "Debería haber quedado más claro", se queja.

- Abderrahim ed Daqqoun. Inmigrante y discapacitado. Pocos entrevistados se han mostrado tan partidarios del como Abderrahim ed Daqqoun (Fez, Marruecos, 1988). Es un superviviente. Discapacitado psíquico, perdió un brazo trabajando en su país cuando era un niño. Con 16 años cruzó el Estrecho agarrado a los bajos de un camión. Llegó a Barcelona y tras pasar por varios centros de menores, encontró trabajo en el albergue InOut, donde el 94% de los empleados son discapacitados. Admira mucho el sistema público catalán, en especial la atención que se presta a los menores. Está convencido de que el Estatuto "mejora Cataluña. Da más derechos, más dinero y más trabajo". "¡Cómo no voy a votar cuando en Cataluña me han dado un brazo, papeles y trabajo!", exclama.

- Àlex Pastor. Director de cine. Después de ganar con su primer corto en Sundance, el festival de cine independiente más importante del mundo, Àlex Pastor (Barcelona, 1981) dedica todo su tiempo a preparar su primer largometraje en Nueva York. El trabajo y la distancia le han permitido olvidarse del Estatuto. No votará porque se encuentra fuera del país, pero si estuviera en Barcelona votaría sí. Algunos políticos, opina, han "hecho mucha demagogia", y critica en especial la actitud del PP. "¿Cómo se atreve a sembrar el odio sólo para arañar unos cuantos votos?", se queja. Por ello, dice que tiene "ganas de que se apruebe" el Estatuto "y de que el resto de España vea que no se acaba el mundo".

- Anna Rovira. Ateneu Popular de l'Eixample. Estudiante, activista y camarera, Anna Rovira (Barcelona, 1983) no llega ni a la categoría de mileurista. Tiene que compartir piso y el acceso a la vivienda es una de las cuestiones que más le preocupan. Pero considera que la solución no está en la "política institucional", sino "en la política de transformación social desde la base". Por eso forma parte del Ateneu y participa en colectivos que trabajan para mejorar el acceso a la vivienda. Poco le interesa lo que diga el Estatuto de esta cuestión: "Las referencias están vacías de contenido y además ya existen leyes sobre la vivienda que no se cumplen". No sabe ni si votará ni qué. Afirma que "el Estatuto no ha tenido en cuenta a los jóvenes".

- Núria Reguero. Estudiante de doctorado. A esta estudiante de doctorado en Políticas de Comunicación lo que más le ha interesado es el discurso empleado por los políticos. Núria Reguero (Barcelona, 1982) opina que éstos no se han preocupado de difundir los contenidos del Estatuto. No le importa que la definición de Cataluña sólo figure en el preámbulo. "Lo que importa es que se traduzca en un beneficio para el ciudadano", asevera. Apoyará el texto porque, a su juicio, difícilmente se repetirá un momento tan propicio para negociar otro. "Y nos quedaríamos con el de 1979, que reproduce un modelo centralista de España", agrega.

- Marc Hernández. Empresario. Pese a su juventud, Marc Hernández (Badalona, 1979) es gerente de una empresa de producción de mobiliario, ABR. Del debate estatutario le ha interesado la financiación, que considera "el quid de la cuestión". Reprocha a los partidos su actitud de "barrer para casa", porque "les ha restado fuerza al negociar". Con todo, votará a un texto "que es mejor que nada" y que no es un a un partido. "Hay que votar el texto, no a los partidos", afirma. Está convencido de que, "en el fondo, todo el mundo quiere que salga ".

- Marc Majà. Seminarista. Reconoce que su opción de ingresar en el seminario puede verse "desde fuera y racionalmente como algo temerario", pero Marc Majà (Miralcamp, Lleida, 1981) afronta su futuro "con entusiasmo". Sus palabras destilan una actitud responsable y mucha reflexión sobre la realidad catalana. Quizás por ello, matiza las respuestas, entiende todas las posturas y afirma que necesita informarse mejor para decidir su voto. En cualquier caso, ha observado con tristeza "como del consenso del 90% del 30 de septiembre se ha pasado al desengaño" por los recortes al texto. Respecto a las observaciones de los obispos catalanes sobre el capítulo de derechos y deberes, afirma que "hay cuestiones que necesitan más matices".

- Jordi López Suñé. Diseñador multimedia. Que no y que no. "Para mejorar dos cosillas no hacía falta un nuevo Estatuto", afirma muy crítico Jordi López Suñé (Barcelona, 1980). Considera que el debate del Estatuto era la ocasión de lograr "una relación bilateral con Madrid" y es crítico con la actitud de los políticos catalanes, "que no deberían haber tolerado que Zapatero se reuniera con ellos por separado", ni haber renunciado al texto del 30 de septiembre. Asegura que el resultado "perpetua un expolio fiscal inédito" y no reconoce a Cataluña como nación. "Ojalá saliera el no. Los políticos catalanes deberían replantearse entonces la forma de gestionar el país, demostrar dignidad, defender nuestros intereses y no venderse por cuatro duros", afirma.

- Beth Rodergas. Cantante. "¡No paro!". El ajetreo de la preparación de su nuevo disco y de una obra de teatro es el motivo por el que Beth (Súria, Barcelona, 1981), la popular cantante, no ha seguido todos los pasos de la elaboración del Estatuto. "Yo soy del ", asegura, porque "los cambios casi siempre son positivos y necesarios". Según afirma, ha llovido mucho desde que se aprobó el de 1979, "todo pasa muy deprisa". Además, considera que "será positivo" porque "reconoce una serie de cosas importantes para la identidad y el respeto".

- Albert Gómez. Diseñador. A este diseñador industrial le molesta que "los políticos monten numeritos para salir en los diarios". Y para Albert Gómez (Granollers, Barcelona, 1980) es lo que han hecho en este proceso. Se confiesa "muy crítico" con la elaboración de la carta catalana. Y lo es. Dice estar decepcionado porque los partidos "no han sido capaces de mantenerse unidos" y porque el Estatuto termina de resolver la financiación autonómica. "Quien reparte la pasta es Madrid", remacha. También opina que el texto "ha perdido su esencia" al pasar "por multitud de filtros". Aun así, dice que acabará por pensárselo "fríamente" y que, probablemente, votará al Estatuto.

De izquierda a derecha y de arriba abajo: Diego Pol, Núria Reguero, Abderrahim ed Daqqoun, Marc Majà, Àlex Pastor, Roser Bou, Anna Rovira y Jordi López Suñé.
De izquierda a derecha y de arriba abajo: Diego Pol, Núria Reguero, Abderrahim ed Daqqoun, Marc Majà, Àlex Pastor, Roser Bou, Anna Rovira y Jordi López Suñé.

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