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Guía para entender el lío en la UPV

La Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea es (UPV-EHU) es noticia por un conflicto laboral que, latente desde tiempo atrás, ha aflorado recientemente. Dado que existe una negociación en marcha y que los sindicatos se han pronunciado en numerosas ocasiones, quizás sea éste un buen momento para que se conozca la opinión del rector y de su equipo sobre las claves de este asunto.

¿Qué piden los sindicatos de la UPV-EHU? Que se sustituya el sistema de complementos que en su día concedió el Consejo Social de la UPV-EHU a unos 1.800 docentes -todos ellos funcionarios-, tras evaluar sus méritos, por un nuevo sistema retributivo. El nuevo sistema consistiría en aplicar subidas que variarían desde un mínimo de 6.000, que cobrarían todos, a un máximo de 12.000 euros, que se podrían llegar a cobrar en función de los méritos acreditados.

No es justo que personas con una dedicación diferente a su labor cobren sueldos similares
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¿Tan poco gana el profesorado de la UPV-EHU? Esta pregunta no tiene respuesta sin hacer comparaciones. Los sueldos del profesorado universitario son inferiores a los de otro personal funcionario de similar cualificación. También son menores que los del profesorado de enseñanza secundaria, aunque en este caso debe decirse que la diferencia es grande al inicio de la carrera docente, pero que, tras unos años de desempeño, esa diferencia desaparece y llega a invertirse. También son bajos en comparación con los que cobra el profesorado de otras universidades europeas de nuestro entorno, como Portugal, Francia o Italia.

¿Tiene solución la demanda sindical de una subida general para todos? Para responder a esta pregunta es preciso aclarar antes el enmarañado panorama legal. Salvo en lo relativo a la concesión de complementos retributivos, el Gobierno vasco carece de capacidad para regular el regimen retributivo del profesorado funcionario, pues esta capacidad corresponde al Gobierno central. De hecho, las demandas podrían haberse planteado, en lo que al funcionariado se refiere, a ese Gobierno, o alternativamente, podría haberse pedido la transferencia al Gobierno vasco de la competencia correspondiente. De esa forma todo resultaría mucho más sencillo. Así y todo, la demanda puede tener solución, siempre que se acepte que, al menos para los funcionarios, la subida debe ir ligada a alguna forma de valoración, por muy generosa que sea, de la actividad realizada. Por razones que no es necesario explicitar aquí, la solución para el profesorado contratado debiera ser la misma.

¿Sería legítima una subida incondicionada y general de 6.000 euros? Yo creo que no. Esa cantidad representaría una subida del orden de un 20% del salario bruto que perciben un buen número de docentes. No recuerdo convenio ni acuerdo de relaciones laborales en el que se acuerden subidas de ese nivel, ni en el sector público ni en el privado. Además, el sistema retributivo para el funcionariado universitario permite que por otras vías se llegue a elevar el sueldo de forma significativa conforme se gana en antigüedad. Es cierto que ello no es así en el caso del profesorado contratado, pero entonces lo que hay que hacer es delimitar el problema y actuar en consecuencia, y para ello es necesario, y posible, que se abran al profesorado contratado las mismas posibilidades que al funcionario.

¿Es conveniente el sistema retributivo que proponen los sindicatos? El sistema retributivo debe garantizar el cumplimiento de un doble objetivo. Por una parte, debe dar lugar a una subida de los sueldos más bajos, porque, efectivamente, son demasiado bajos. Pero, a la vez, debe permitir suficiente margen para la incentivación. Y para que los dos objetivos sean alcanzables, lo percibible mediante complementos con vocación de generalidad debiera ser inferior a los 6.000 euros demandados.

¿Es justo que haya un amplio margen para la incentivación? Sí, porque el trabajo del universitario, por su naturaleza, admite dedicaciones reales diferentes para el mismo nivel de cumplimiento formal. Y no es justo que personas con una dedicación diferente a su labor perciban sueldos similares. Esto es, si aceptamos el principio de "a igual trabajo igual salario", entonces, diferente trabajo no debe pagarse con el mismo salario. Por la misma razón creo que no debe haber diferencias de sueldo entre el profesorado funcionario y el contratado, por lo que es fundamental que se abra la vía de percepción de complementos retributivos al personal contratado.

¿Es bueno para la universidad que haya un sistema incentivador? La implantación de incentivos salariales tuvo en su día un efecto decisivo en la calidad y la internacionalización de la investigación en las universidades del estado español. Por ello, si queremos una universidad en la que se imparta una docencia de más calidad, se apoye la preparación de materiales docentes en euskara, se investigue más, así como que se transfiera más conocimiento al entorno social, al profesorado que desarrolle esas actividades con mayor dedicación se le debe reconocer, mediante incentivos salariales y de otro tipo, esa mayor dedicación.

¿Es bueno para el profesorado universitario que haya un sistema incentivador? Sí. Porque, en la medida en que la universidad sea mejor y preste un mejor servicio a la sociedad, el trato que a su vez dispensará esa sociedad a su universidad será mejor. Y ello facilitará que sus instituciones sean más sensibles a las demandas, incluidas las salariales, que desde la universidad se les hagan.

Esta es mi opinión y la de mi equipo de gobierno. Con estos planteamientos nos presentamos a las elecciones al Rectorado hace dos largos años, y es lo que hemos venido defendiendo desde entonces. Nuestro objetivo no es que haya un acuerdo o deje de haberlo, aunque tal acuerdo siempre será bienvenido. Nuestro objetivo es que todo el profesorado universitario perciba sueldos dignos, que sea tratado con justicia pagándole en función del trabajo desarrollado, y que el servicio público de educación superior alcance las máximas cotas de calidad posibles en la Universidad del País Vasco.

Juan Ignacio Pérez Iglesias es rector de la UPV.

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