Donde la arquitectura y el urbanismo se encuentran
El arquitecto Richard Rogers defiende el modelo de Barcelona por mezclar los edificios singulares con la trama social
Desde lo que será la planta menos 2 del futuro centro de Las Arenas de Barcelona, y con el esqueleto de la fachada del antiguo coso taurino suspendido, el arquitecto Richard Rogers hizo ayer una defensa en toda regla del modelo Barcelona, que en su opinión es una combinación acertada de edificios singulares en medio de una trama social y urbana. Rogers, autor del proyecto del centro de Las Arenas junto con la firma Alonso y Balaguer, defendió el criterio de los sucesivos alcaldes de la ciudad -Narcís Serra, Pasqual Maragall y Joan Clos- de apostar por esa combinación.
En un plazo de dos o tres años, aproximadamente, la plaza de Espanya y su entorno será una muestra de esa idea que ayer expresaba Rogers: a un lado de la plaza se levantará el centro Arenas, justo enfrente, la comisaría de los mossos, que también lleva firma de autor, en este caso Oriol Bohigas; y todo ello en medio de una densa trama urbana como es la del Eixample y las abigarradas calles de Hostafrancs y Sants sólo a un paso.
Rogers negó que la arquitectura de Barcelona sea la de edificios singulares que quedan aislados y desavinculados del entorno: "Eso no ocurre en Barcelona, donde la trama urbana es muy densa y donde no se trata de arquitectura, sino de urbanismo". En opinión del arquitecto, sí ha ocurrido en cierta manera en Madrid o en casos especiales, como en Bilbao con un edificio, el museo Guggenheim.
El centro de Las Arenas que lleva su firma será, con seguridad, otro edificio singular de la capital catalana. Lo promueve Sacresa y su coste se sitúa en unos 100 millones de euros.
Anillo que levita
De hecho, ya es singular ahora por la espectacularidad de la construcción. Mientras que el anillo del viejo coso permanece como levitando -en realidad, las columnas antiguas que lo sostenían fueron cortadas y su estructura se rodeó de arcos de hormigón para ser apoyadas posteriormenente en soportes de hierro, lo que se puede apreciar en la fotografía superior-, en su interior ya se han excavado tres de las cinco plantas en el subsuelo.
La intervención es espectacular y compleja. Si lo normal en la construcción es ir a la profundidad máxima y desde ahí empezar a construir todo el cuerpo, en este caso la singularidad del proyecto y la suspensión permanente de una estructura que pesa 4.000 toneladas -la fachada- ha obligado a utilizar otro sistema. Alonso, coautor del proyecto con Rogers, explicaba ayer a pie de obra que el método de excavación se conoce con el nombre de ascendente y descendente porque se excava y se asegura ya haciendo el forjado de paredes y suelo, y así sucesivamente hacia abajo. Hacia el sur de la plaza, el muro del centro Arenas está pared con pared con el túnel de una de las dos líneas de metro que atraviesan la plaza, que está perforada a 13 metros y a 8 por los túneles de las líneas 1 y 3 y en la que muere una de las líneas de los Ferrocarriles de la Generalitat. Ante ese inmenso queso de gruyère que es la plaza en sus entrañas toda prudencia es poca, sobre todo cuando se trata de túneles, especialmente después del episodio del Carmel. Esta complejidad ya ha supuesto una demora para la entrada en funcionamiento del edificio. Estaba prevista para finales de 2007 y no será antes del primer trimestre de 2008.
Tres de las cuatro plantas subterráneas serán de aparcamiento con plazas para 1.250 coches, 500 motocicletas y, por primera vez, una gran zona de aparcamiento destinada al estacionamiento de bicicletas. La menos uno tendrá espacio comercial -esa oferta concentrará un tercio de la superficie del nuevo centro- y de restauración.
Lo que fue el antiguo coso, en un futuro será una plaza permeable, de forma que el visitante pueda atravesarla si entra, por ejemplo, por la calle de la Diputació y sale por el frente de la plaza de Espanya. Al estilo de la Illa Diagonal, los comercios y la restauración serán los escaparates de esa rambla abierta bajo la cúpula de la plaza.
Por encima del nivel de la calle, habrá otras cinco plantas. La primera estará destinada a comercio y a una gran zona dedicada al juego infantil. En las plantas segunda y tercera estarán ubicadas las 12 salas de cine que ocuparán 6.500 metros cuadrados de los 100.000 que se construirán. Una de las singularidades del centro Arenas es una instalación deportiva privada con una pista de footing circular en la que se tendrá una visión de 360 grados del entorno. Esta instalación estará en la cuarta planta y en la quinta se ubicará un espacio multifuncional para organizar cualquier tipo de acto, desde convenciones hasta pasarelas de moda. Se quiere relacionar estas actividades con la proximidad de la Fira, igual que el edificio de oficinas que se levantará en la calle de Llançà.
Calle Diputació
Este año empezarán los preparativos para urbanizar la losa que cubre el nuevo aparcamiento y el depósito de agua pluvial que se construyeron en el subsuelo de parte del parque del Escorxador. No se urbanizará por completo, apuntó el gerente de Urbanismo del Ayuntamiento.
Lo que es más difícil que camine al mismo ritmo que la construcción del centro Arenas es la apertura de la calle de la Diputació, que tiene que llegar hasta la Gran Via por detrás del hotel Plaza-Fira y atravesando la calle de Hostafrancs. Entre esta calle y la Gran Via el ritmo de demolición de fincas es apreciable, pero no ocurre lo mismo en el lado opuesto de la calle, el de montaña, donde no se han empezado a demoler las fincas afectadas porque todavía no se ha concluido con el proceso expropiatorio, pero también por otro poderoso motivo: el enorme problema que se organizaría si se superpusieran dos obras de tanta envergadura en la zona.
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