Las farmacéuticas se 'autoimponen' sanciones de medio millón de euros
Las multas se han debido a incentivos a farmacias y médicos y a publicidad engañosa
Casi medio millón de euros en multas pagaron las industrias farmacéuticas en España por incumplir su propio código de buenas prácticas comerciales. Este conjunto de normas fue adoptado en 2002 para evitar la competencia desleal en la publicidad y regular los incentivos de los laboratorios a los profesionales sanitarios. Con ello se adaptaba el código internacional, que ha sido revisado por la Federación Mundial de Asociaciones de la Industria Farmacéutica. Esta federación ha anunciado que a partir del 1 de enero se endurecerá su reglamentación.
Los 19 procesos a laboratorios que concluyeron en 2005 en España se saldaron con sanciones por 462.002 euros, además de las costas del proceso. Estas multas son establecidas por un organismo independiente llamado Autorregulación de la Publicidad. En 11 de los casos fue un laboratorio el que denunció a otro. En el resto fue la propia patronal, mediante su Unidad de Supervisión Deontológica, la que inició el proceso. Los fondos de las multas se utilizan para promover las buenas prácticas y financiar la unidad deontológica, que puede actuar de oficio (lo hizo en ocho de los procesos terminados en 2005).
El código, aprobado en España 2002, era una trasposición -endurecida- de otro internacional, vigente desde 1994. Estas normas fueron elaboradas por la Federación Mundial de Asociaciones de la Industria Farmacéutica, una agrupación que reúne a las patronales de más de 50 países -entre ellos todos los grandes productores de fármacos- y a más de mil laboratorios.
En el código se prohíbe la publicidad engañosa (sobre todo cuando implica comparaciones de la eficacia de los fármacos de distintas compañías). También limita las prácticas comerciales, como el uso de descuentos a las farmacias (sólo se permiten cuando son por pronto pago o por un elevado volumen de compra).
Con respecto a los médicos, regula las invitaciones a congresos (sólo para el profesional y durante el tiempo de las sesiones científicas), se prohíbe invitar a espectáculos o competiciones deportivas y los regalos que se les dan sólo podrán ser objetos de poco valor o relacionados con su práctica médica, como material didáctico.
Con el código, la industria buscaba un triple objetivo: regular la publicidad entre compañías; limitar los gastos de promoción y, sobre todo, lavar la cara del sector, demostrando que no se estaba incentivando a los médicos para que receten los productos de una determinada marca, ni a los farmacéuticos para que los aconsejaran.
La adhesión al código es voluntaria, y el sector pretende que se convierta en una garantía para los ciudadanos (aunque algunas de sus condenas haya ocasionado que algún laboratorio abandone la asociación, como ocurrió el año pasado con el Laboratorio Francisco Durbán).
La Federación (cuyos componentes y código pueden consultarse en www.ifpma.org) va a endurecer también su código, pero ello no implicará modificar el español, que ya cumple con los nuevos requerimientos internacionales, señaló el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés.
Congresos médicos
El director general de la federación internacional, Harvey Bale, anunció que la nueva reglamentación entrará en vigor el 1 de enero de 2005. Entre los agujeros que se tapan están la regulación de los congresos en el extranjero. Sólo se podrán financiar si se trata de encuentros internacionales. Si se trata de un encuentro de la "Sociedad Española de Cardiología, tendrá que hacerse en España", indicó Bale.
Cualquier persona o entidad puede iniciar un proceso de denuncia. En los países en que existe un organismo nacional, éste será el encargado de dilucidar si ha habido incorrecciones. De momento, la publicidad de las sanciones se limita a Internet. "Pero estoy seguro de que los países encontrarán otras. El peor castigo para una empresa no son las sanciones, sino la publicidad", dijo Bale.
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