No ser tan 'amables'

La regulación de los congresos médicos es uno de los caballos de batalla de la Unidad de Deontología de Farmaindustria. "Hay que convencer a la gente de que no se trata de vacaciones pagadas en lugares exóticos", ha dicho alguna vez su director, José Zamarriego.

El año pasado esta unidad realizó 1.081 actuaciones sobre 142 laboratorios. La mayoría acabaron antes de llegar a juicio. Pero en 19 hubo que acudir a Autorregulación, el organismo que dirime los casos de discrepancia. De ellos, dos se referían a la "hospitalidad" ofrecida por los laboratorios.

Uno de los casos lo denunció Lilly. Aducía que en un congreso de Andrología, el programa tenía demasiadas actividades lúdicas. Para demostrarlo, aportó el programa, pero también imágenes que acreditaban que los médicos y sus acompañantes invitados por Bayer se lo estaban pasando demasiado bien. Con ello podían sentirse obligados en el futuro a recetar sus productos. El resultado, 6.000 euros de multa.

El otro caso lo llevó directamente la Unidad de Deontología. Se enteró -cualquiera puede poner una denuncia- que Bayvit (ahora, Laboratorio Stada) estaba invitando a farmacéuticos a asistir al XIV Congreso Nacional Farmacéutico de Alicante. Pero no les pagaba el billete y la estancia, lo que está permitido. Lo que hacía era darles un cheque al portador. La compañía reconoció su error, pero no se libró: 6.000 euros de sanción.