Las empresas del sur de Europa reclaman más inmigrantes para crear empleo

Las economías europeas necesitan más inmigrantes para sostener su nivel de bienestar. Las grandes empresas del sur de Europa, aglutinadas en el Consejo de Cooperación Económica, están convencidas de que ésta es una de las principales claves para crear empleo y fomentar un desarrollo sostenible. Así se lo trasladarán esta semana a los Gobiernos europeos. Ese colectivo parte de una convicción: "La edad de jubilación actual no permitirá salvaguardar el equilibrio financiero de los regímenes de pensiones". Además, propone fomentar las energías renovables y construir centrales nucleares.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnen a finales de esta semana para debatir cómo garantizar un desarrollo sostenible en el entorno comunitario. El Consejo de Cooperación Económica -que reúne a 123 grandes empresas de Francia, España, Italia y Portugal- se ha adelantado al debate para ofrecer a los dirigentes europeos su diagnóstico sobre las necesidades de la economía. Esta organización entregará a los mandatarios un informe con recomendaciones al respecto.

Las grandes compañías comparten las líneas comunitarias respecto al desarrollo sostenible, pero instan a introducir cambios. Éstas son las principales conclusiones:

- Más I+D y productividad. Europa debe esforzarse por destinar el 3% del producto interior bruto (PIB) a investigación y desarrollo (ahora apenas se destina el 2%). Para ello se hace necesario "crear un marco financiero y jurídico favorable a la I+D privada", con voluntad de difundir la innovación industrial. Para mejorar la productividad de los trabajadores europeos, se insta a aumentar un 50% el gasto en educación hasta 2010 y a reducir la segmentación que existe en los mercados de trabajo entre los fijos, con muchas garantías, y temporales, muy desprotegidos. Todo ello requiere simplificar el marco legal de los negocios y cumplir con los límites de déficit (3% del PIB) y deuda (60%) que fija la UE.

- El reto del envejecimiento. El envejecimiento de la población constituye una verdadera amenaza para el crecimiento y el desarrollo sostenible. Así lo constata la Comisión Europea y por eso el Consejo de Cooperación Económica lanza propuestas. Una de las principales es "recurrir de manera más amplia a la inmigración económica", tanto de trabajadores intracomunitarios como extracomunitarios. Para estos últimos, las grandes empresas piden eliminar el sistema de cuotas de entrada y regirse por la identificación de los empleos necesarios.

Otra vía para engrosar el volumen de empleo es mantener en 65 años la edad legal de jubilación y, lo que es más importante, fomentar que la edad real se acerque a este nivel. Este colectivo se atreve también con la espinosa idea de aumentar el número de horas de trabajo anual mediante dos vías: extensiones específicas de la semana legal e incremento de las horas extraordinarias. En conjunto, la tasa de empleo debería alcanzar el 68% de la población, con especial incidencia en jóvenes, mujeres y mayores.

- Mejores transportes. La política de transportes debe tener en cuenta tres aspectos: la repercusión medioambiental, el crecimiento y el empleo que generan los diferentes medios y la sostenibilidad financiera de las inversiones. El documento sugiere más peso para los medios ferroviario y marítimo si se ciñe a esos tres elementos. No obstante, asume que la carretera seguirá dominando.

- Energías renovables y nuclear. Las grandes empresas mediterráneas citan la energía como uno de los principales pilares de crecimiento y competitividad. Este colectivo propone dos vías para muchos antagónicas. Por un lado, desarrollo "masivo y diversificado" de las energías renovables, especialmente hidráulicas y eólicas. Por otro, mayor producción de energía nuclear aumentando la vida de las centrales existentes y construyendo otras nuevas.

Las empresas del sur de Europa piden también reducir la dependencia del petróleo y del gas y recurrir, por ejemplo, al carbón y a la biomasa. La cooperación europea debe presidir toda la política energética.

- Cambio climático. El consejo se queja de que Europa impone los mayores esfuerzos medioambientales a las actividades industriales. Para contrarrestar esa tendencia, pide que se traslade a otros sectores (agricultura, sector residencial y transportes por carretera) la obligación de reducir emisiones. El texto aboga por la "gestión voluntaria" frente a los ecoimpuestos.

- Desarrollo exterior. Las autoridades deben fomentar la dimensión exterior del desarrollo. Las empresas mediterráneas proponen abrir los mercados europeos, en especial los agrícolas; destinar el 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo, y conceder prioridad al desarrollo de África del Norte.