Los agentes de EE UU utilizaron Mallorca para planificar sus misiones y descansar
El Gobierno español niega "de forma tajante" cualquier responsabilidad en los vuelos secretos
"Era el lugar donde los equipos [de la CIA], por cierto, muy bien entrenados, y siempre de manera sistemática, iban a preparar sus misiones y descansaban después de realizarlas". Con estas palabras se refirió ayer el investigador del Consejo de Europa, el suizo Dick Marty, al papel de Palma de Mallorca en la telaraña tejida por la CIA para el secuestro y traslado ilegal de detenidos. Marty no hizo sino confirmar lo ya denunciado por el Parlamento europeo o Amnistía Internacional. Esta última suma otras dos ciudades a la lista de plataformas aeroportuarias de la CIA: Málaga y Barcelona.
El informe provisional del Consejo de Europa incluye a España en la lista de países que, aunque no habrían colaborado directamente en la violación de derechos humanos, "permitieron o no investigaron" el uso de su territorio para actividades ilegales.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores negó ayer "de forma tajante" cualquier responsabilidad "por activa o por pasiva" del Gobierno español y aseguró que el ministro Miguel Ángel Moratinos "ha comparecido en varias ocasiones y ha informado de los datos de que disponía en cada momento" sobre los presuntos vuelos de la CIA.
Moratinos compareció el 24 de noviembre pasado ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, a la que informó de 22 escalas de presuntos aviones de la CIA en Mallorca, Ibiza y Tenerife entre enero de 2004 y septiembre de 2005. "El Gobierno ha solicitado y obtenido la garantía de las autoridades de EE UU de que no ha habido violación de las leyes españolas en las escalas de aviones a su servicio", dijo.
Moratinos se basó en informes de la Guardia Civil, según los cuales el personal de limpieza que subió a dichos aviones no apreció la presencia de pasajeros trasladados contra su voluntad ni de modificaciones estructurales de las que se dedujera su uso como cárceles volantes.
El mismo informe, no obstante, admitía que la mayoría de los miembros de las tripulaciones gozaba de pasaporte diplomático y que los destinos de sus viajes eran tan poco habituales como Bagdad (Irak) o la base de Guantánamo (Cuba).
Para el investigador suizo hay pocas dudas de que los agentes de la CIA, que se alojaron en hoteles de Mallorca, preparaban desde allí sus misiones y descansaban tras haberlas cumplido.
El caso más palmario se produjo en enero de 2004, cuando un B-737 despegó de Son Sant Joan (Palma de Mallorca) rumbo a Skopje (Macedonia), desde donde un ciudadano alemán, que había sido secuestrado en la frontera de Macedonia y Serbia, fue trasladado a una cárcel de Afganistán, para someterlo a tortura.
El informe del Consejo de Europa no alude, sin embargo, a "las escalas técnicas de abastecimiento", de menos de dos horas de duración, un total de seis en Canarias, de las que Moratinos no se atrevió a ofrecer garantías ante los diputados.
Tampoco cita los vuelos a Barcelona y Málaga, denunciados por Amnistía Internacional en su informe Por debajo del radar: vuelos secretos a la tortura y la desaparición, presentado en abril pasado. Según dicha ONG, un avión Gulfstream III, que fue utilizado para el traslado forzoso del ciudadano canadiense Maher Arar de EE UU a Siria en 2002 y realizó más de un centenar de viajes a Guantánamo en los últimos años, hizo una escala en Barcelona en octubre de 2002 y otras dos en Málaga en mayo de 2005.
Además, otro avión Gulfstream IV, utilizado para llevar en 2003 a Abu Omar hacia Egipto desde Alemania tras su secuestro en Italia, hizo una escala en El Prat (Barcelona) en enero de 2004.
Aunque Marty elogió ayer la actividad de la justicia española, la actitud de la Fiscalía de Baleares ha hecho perder más de un año en disputas sobre el tribunal competente y la Audiencia Nacional, a la que finalmente ha correspondido instruir la causa, aún no ha empezado a investigar.
La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso acordó por unanimidad el pasado 5 de abril solicitar al Gobierno "la elaboración de un informe detallado [sobre los vuelos de la CIA] en el que se incorporen todas las nuevas informaciones en su poder".
El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, recordó ayer este compromiso y pidió al presidente José Luis Rodríguez Zapatero "que ordene a los miembros competentes de su Ejecutivo la inmediata remisión del informe" al Congreso.
IU reiteró su petición de que comparezca ante la comisión de secretos oficiales del Congreso el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz. En sus respuestas al Consejo de Europa, el Ministerio de Asuntos Exteriores argumentó que el control de las actividades de la CIA en España corresponde al servicio secreto CNI.
"Error grave"
Por otra parte, el senador socialista catalán Lluís María Puig, presidente de la delegación española en el Consejo de Europa, calificó ayer de "error grave" la mención a España en el informe sobre los vuelos de la CIA presentado por Dick Martin, pues en su opinión no hay pruebas concluyentes para acusar a los países europeos de tolerar los traslados, informa Pablo X. Sandoval.
"En los documentos que ha presentado en París no se menciona para nada a España ni en la resolución ni en la recomendación", aseguró Puig. "Él mismo ha declarado que no podía citar a los países sin pruebas concluyentes". Por tanto, agregó, "no tenía que haberlo deslizado".
Según Puig, la mención a la posible responsabilidad de España y otros países en la exposición de motivos del informe "podría confundir a la opinión pública". A su juicio, "muchos parlamentarios [del Consejo de Europa] piensan que estas prácticas han tenido lugar, pero una cosa es eso y otra acusar a los Gobiernos de haber cooperado con ellas".
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