La marihuana de la discordia
ANA CARBAJOSA | Maastricht
Patrick, Steven y Fabiann apenas son conscientes, pero están entre los miles de personas inmersas en el conflicto diplomático que enfrenta a Bélgica y Holanda a cuenta de la marihuana que se consume en Maastricht. Envueltos en una nube de humo, fuman porros plácidamente, sentados en los taburetes de un un coffeeshop al que acuden habitualmente a consumir y a comprar marihuana para llevar de vuelta a Bélgica.