Las piedras de la iglesia de La Baells se han perdido
En los primeros años de la década de 1970, un movimento popular en el Berguedà logró salvar las partes de la iglesia románica de La Baells, que debía quedar cubierta por las aguas del futuro embalse. Se salvó de las aguas, pero sirvió de poco porque el olvido y el descuido ha hecho tanto o más daño al monumento. Transcurridos 30 años desde que se llevó a cabo el desmontaje del monumento, pocos se acuerdan de él, una parte importante de las piedras que se sacaron una a una y que fueron numeradas han desaparecido y ninguno de los gobiernos que se han sucedido en el municipio de Cercs se ha hecho cargo de la reconstrucción de la iglesia, según puso de relieve el pasado fin de semana el periódico comarcal Regió 7.
La iglesia de Santa María de La Baells era de origen románico. La primera documentación que se conserva data del año 1001, pero el monumento, a lo largo del tiempo, fue modificado. De ahí que en 1975 se decidiera desmontar la fachada y el arco del ábside para conservar las partes que, a juicio de los expertos, tenían más valor. Se numeraron las piedras para facilitar su reconstrucción y se depositaron, con cierta provisionalidad, en tres puntos: uno al lado de la carretera -con el tiempo allí se construyó una gasolinera y no queda ni rastro de las piedras-; otro en el nuevo pueblo de Sant Jordi, que se estableció para albergar a los vecinos de Sant Salvador de la Vedella, el otro núcleo que fue inundado por las aguas del pantano -donde hay algunos restos, pero ya sin numeración visible-, y, por último, en un almacén del Ayuntamiento de Cercs. En éste se guardaron las piezas que podían tener más valor o las que se hallaban en peor estado y que en el exterior podrían sufrir un proceso de deterioro demasiado acelerado. El alcalde de Cercs afirma que estas piedras sí se conservan.
El Ayuntamiento de Cercs encargó un proyecto de reconstrucción a los arquitectos Lluís Boixader y Ricard Armengol, pero sólo se ejecutó la parte de desmontaje. Ignasi Camps, alcalde ya fallecido, declaró en su momento que no disponía de ayudas de otras administraciones para afrontar la obra. Transcurridos 30 años, el actual alcalde, Ferran Civil (UDC), sostiene el mismo argumento. Asegura que las piezas de más valor están a buen recaudo y que mantienen la numeración, y añade que ha intentado encontrar apoyo económico para la reconstrucción, pero hasta la fecha todo ha sido en balde. Incluso el movimiento social que aconsejó la preservación de la iglesia ha desaparecido sin tener relevo.
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