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La Asamblea de la ONU acaba sin nuevos compromisos en la lucha contra el sida

Las desavenencias políticas y religiosas frenan los acuerdos sobre mujeres, homosexuales y drogas

La Asamblea General de Naciones Unidas pactó ayer una declaración política en la que los Gobiernos evitaron adoptar nuevos compromisos en la lucha global contra el sida, por ejemplo en mujeres, homosexuales o prostitución. Los intereses políticos, económicos y religiosos de los distintos países, ricos y pobres, volvieron a interponerse frente al objetivo común de salvar vidas. A pesar de las diferencias, se estableció como objetivo alcanzar entre 20.000 y 23.000 millones de dólares en fondos para 2010 y se consiguió reforzar el lenguaje del lado de la prevención y la salud reproductiva.

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Las cifras hablan por sí solas. Durante los tres días de conferencia, el sida acabó con la vida de unas 25.000 personas. "No nos maten con diplomacia", pedía un enfermo de sida al secretario general de la ONU, Kofi Annan, mientras los gobiernos intentaban ponerse de acuerdo en el lenguaje y el contenido de la declaración. El texto que se adoptó ayer noche se topó con varios puntos que amenazaron con aguar su contenido. La declaración se resume a continuación.

- Financiación. Los países ricos aceptan que se haga referencia a los recursos que serán necesarios para el Fondo Global de lucha contra el Sida. La cifra oscila entre 20.000 millones y 23.000 millones de dólares (16.000 millones y 18.000 millones de euros) para 2010, casi el triple que en 2005, a los que tendrían acceso países de renta baja y media. Se deja la puerta abierta a la adopción de iniciativas financieras adicionales. Los países donantes lograron vincular la ayuda a que los receptores garanticen la transparencia en su gestión, para que los fondos se usen de manera eficaz y evitar fraudes. Los países pobres defendieron un acceso libre a los recursos, porque esos controles suponen gastos extra.

- Universalización. La idea era conseguir el compromiso de garantizar en 2010 el acceso de todos los enfermos y grupos vulnerables a la prevención, tratamiento, cuidado médico y apoyo. El choque obligó a diluir esa meta, para que en su lugar se diga que hay que "avanzar" durante los próximos cuatro años hacia el objetivo del acceso universal.

- Menores. La declaración se limita a evidenciar su preocupación por el espectacular incremento de las nuevas infecciones entre niños y menores de 25 años.

- Mujeres y niñas. La conferencia buscaba reconocer más derechos y poder a las mujeres, para que puedan hacer frente por sí mismas y con confianza a los riesgos de la infección. Los países islámicos mostraron importantes reticencias y consiguieron suavizar el lenguaje, además de que se reconozcan los valores "éticos y culturales" locales. El texto pide a los países que se adopten políticas de promoción y protección de la mujer, a la vez que se eliminan todas las formas de discriminación y de violencia.

- Grupos vulnerables. La batalla se centró en decidir si se haría mención a los "grupos vulnerables", como en 2001. Se mantendrá, pero los países de África y Oriente Próximo lograron evitar que se cite como tales a las prostitutas, homosexuales y usuarios de drogas, porque podría "alentar la promiscuidad". Otros países islámicos y conservadores utilizaron como argumento que la enumeración podría interpretarse como un apoyo a actividades ilegales.

- Salud reproductiva.

Los países reconocen la importancia del uso de los condones masculino y femenino para prevenir la propagación de la enfermedad. Se fija el año 2015 para alcanzar el acceso universal a la salud reproductiva. Y se insiste en la necesidad de promocionar el acceso a la educación, la información, a las pruebas de detección del virus y a la formación del personal sanitario.

- Patentes. Los países pobres pedían flexibilidad para acceder a tratamientos más baratos. EE UU, Japón o Alemania negociaron para evitar un lenguaje que afectara de lleno al negocio de su poderosa industria farmacéutica. Al final, las potencias desarrolladas se comprometen a superar las barreras de precios, pero sin establecer una fecha.

- Revisión. Los países en vías de desarrollo lograron que en 2008 se proceda a una nueva revisión de los compromisos y objetivos en la lucha contra la epidemia. Los activistas no ocultaban su temor ante el choque que se ha producido en Nueva York, que puede dificultar el proceso en una fase clave. Y consideran que limitarse a revisar la declaración que se adoptó hace cinco años, sin fijar nuevos objetivos, no puede considerarse como un éxito.

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