Educar a la derecha en la democracia
La democracia, que preside el señor Zapatero, tiene la posibilidad de que yo, ciudadano, pueda expresar mi opinión sobre el debate de la nación.
Aprenderíamos todos, mucho, si lográsemos escuchar las intervenciones en el hemiciclo del Congreso. El señor Rajoy, cabeza del PP y de la oposición mayoritaria, llegó lanzado, como una andanada (= descarga cerrada, = reprimenda agresiva, = contestación violenta). Lo había precedido ya el señor Zaplana: "Discurso de un presidente que no sabe dónde va". Rajoy: reproducción literal, pero acumulada y obsesiva. Llevaba decidido no responder a Zapatero: una exposición tranquila, de datos, comparativa, pegada a la España real, cotidiana, por la que todos transitamos y podemos sentirnos aludidos. Ninguna réplica. El golpe era otro: retórico e ideológico, que afirma dogmáticamente, y no necesita demostrar nada. Reiterar el fracaso de Zapatero, gobernante desustanciado, nulo, desorientado, que lleva España a la ruina (la España, interpretada por el PP y que es propiedad suya).
Aunque Zapatero lo haya hecho bien, aunque los datos sean ciertos, aunque sean muchas las cosas bien programadas, legisladas y ejecutadas. En todo vale la reiterada mentira de hombre irresponsable, frívolo, destructor del bien de España. Eso remueve vísceras y cautiva a muchos. ¿Qué y quién -que sea de izquierdas- puede enseñarle al PP a gobernar España? La oposición la desconocen y cuando otros llegan al poder, el cuerpo se les descompone y los configura crueles o bufones. (El señor Rajoy nos hizo sentir vergüenza ajena, cuando sabiendo que se extralimitaba en su tiempo, se victimizó: "¿Qué decir de un debate en el que se expulsa al representante del mayor grupo de la oposición?").
Pero la democracia es de todos los ciudadanos, todos personas, y la dirigen quienes más los representan. Y democráticamente se sabe que los del PP tienen su interpretación de España, muy legítima, y otros partidos tienen la suya, igualmente legítima, y seguramente distinta en cosas importantes. Los del PP no quieren discutir de la idea de España, ni hablar de quién gobierna mejor y con más cosas buenas a favor de todos los españoles, sino que, en las peores de las circunstancias, les corresponde a ellos gobernar, sólo ellos entienden de España y ellos solos la pueden salvar.
Es clave ésta que les da derecho "innato" a ser prepotentes, a descalificar e insultar, a descartar el uso ponderado del conocimiento, del análisis y de la razón. Excluyen a los otros y se dedican a desnaturalizarlos.
Pero la democracia es también democracia a la hora de confrontar, ordenar y hacer valer el pensamiento. En la pluralidad libre, vale el consenso popular mayoritario. Sin excepciones, también el PP debe ser educado en la democracia, en el saber compartir opiniones y propuestas con igualdad, y en aceptar el resultado democráticamente adoptado por la mayoría.
Mi conclusión, tras el debate de la nación, es que España necesita varios Zapateros, o varias legislaturas como la suya, para educar a la derecha en la democracia.
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