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Robados más de 300 kilómetros de cable de cobre de las farolas en cinco meses

El Ayuntamiento admite que el alto precio del metal ha disparado las sustracciones

Jesús Sérvulo González

Vecinos del barrio de San Cristóbal, en Villaverde, han denunciado el robo de los cables de las farolas del alumbrado público. Los ladrones queman el plástico de los cables para extraer el cobre, que se vende a unos tres euros el kilo en chatarrerías. Las empresas concesionarias del alumbrado están alarmadas por el fuerte incremento de estos hechos vandálicos y cifran en 300 los kilómetros de cable robado en los últimos cinco meses. El Consistorio reconoce que la situación se ha agravado y que ha detenido a dos implicados. IU achaca los robos a la falta de vigilancia

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La calle de Paterna, en el barrio de San Cristóbal, lleva desde principios de mayo a oscuras. Los vecinos tienen miedo de pasear por las calles cuando cae el sol. "Nos alumbramos con la luz de los coches o de los portales", cuenta una vecina de la zona. En la calle de Godella y en la de Beniferri ocurre algo parecido. "Se trata de grupos que roban los cables de las farolas", señala Prado de la Mata, portavoz de la asociación de vecinos de San Cristóbal. Este fenómeno se ha extendido a otras partes de la ciudad.

Las empresas concesionarias del servicio de alumbrado público están preocupadas por el incremento de los robos. "Desde enero se han triplicado los robos de cables de cobre en la red del alumbrado público", explica Javier Rivero, consejero delegado de Urbalux, una de las cuatro empresas concesionarias del servicio municipal.

Los vecinos de San Cristóbal han denunciado los repetidos robos de los cables de las farolas públicas. De la Mata recuerda que hace unas semanas "empezaron unos ruidos, eran pequeñas explosiones. A la mañana siguiente, habían desaparecido los cables de las farolas".

Rivero estima la pérdida en 300 kilómetros de cable. "Este expolio se está extendiendo por todo Madrid, en el polígono de San Blas, en la zona norte, en Villa de Vallecas", denuncia. El origen de esto es el encarecimiento del cobre. "Se vende muy bien. Su precio se ha triplicado en el último año", añade.

Bandas organizadas

Según el ejecutivo de Urbalux, "en los robos están implicados desde bandas organizadas hasta delincuentes habituales". Y explica cómo los ladrones "hacen hogueras para quemar el plástico y luego sacar el cobre".

Fidel Alario, responsable de alumbrado público de Sice, otra concesionaria, dice que "hay que perseguir la recompra del cable". Alario cuenta que cuando detectan alguna incidencia "se comunica al Ayuntamiento". Y agrega: "No podemos evitarlo con medidas técnicas, soldar las tapas o poner hormigón, porque necesitamos el permiso del Consistorio".

Donde más robos se producen es en zonas poco frecuentadas, en polígonos industriales, parques. Por la noche. "Pero ahora también roban a plena luz del día", cuenta Rivero.

De la Mata apunta que sólo en su barrio "han robado cerca de 24 kilómetros de cable de cobre". E insiste: "Entre el Ramón y Cajal y hasta La Paz han desaparecido los cables de todas las farolas". Según un responsable de la empresa mayorista de chatarras Recemsa, el precio del kilo de cobre varía entre los 2,5 y 3 euros. "Depende de la calidad del cable", precisa.

El Ayuntamiento de Madrid reconoce que este fenómeno se ha agravado durante el presente año. "Durante los cuatro primeros meses del año, el gasto en material eléctrico ha sido de 277.593 euros". Una portavoz de la Concejalía de Medio Ambiente reconoce que la Policía Municipal ha recibido muchas denuncias por estos robos.

La Concejalía de Seguridad, indica que "un servicio especial de la Policía Municipal está activado". En abril, la policía detuvo a un individuo con una gran cantidad de cables en su furgoneta. "Hace una semana, han detenido a otro con más de 20 kilogramos de cable de cobre de las farolas", indica.

Sin embargo, el concejal de Izquierda Unida Julio Misiego achaca el problema a "la falta de vigilancia de la policía de proximidad, la que está en los barrios", precisa. "Se trata de sabotajes de las instalaciones de la red eléctrica del alumbrado público municipal. Éstos generan muchos problemas. Provoca inseguridad en barrios vulnerables de la ciudad", señala.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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