La lluvia agrava la situación de los supervivientes del terremoto de Java
Muchas de las 200.000 personas desplazadas siguen a la intemperie
Las lluvias torrenciales y la interrupción del suministro eléctrico en la isla de Java añaden más sufrimiento a las 200.000 personas que se han visto desplazadas a causa del desastre, muchas de las cuales siguen a la intemperie. Mientras, el Gobierno indonesio declaró ayer el estado de emergencia durante tres meses en la zona que el pasado sábado se vio devastada por un terremoto que provocó más de 5.100 muertos y 20.000 heridos.
Aunque la ayuda de emergencia ha comenzado a ser distribuida, muchos supervivientes se quejan de que el reparto es demasiado lento y aún no han recibido nada. "Es difícil conseguir comida, falta ayuda. No sé cuándo llegará", asegura Sutrisno, un vecino de Bantul, la población más afectada por el temblor de tierra, informa Reuters. En las calles de esta localidad, que ha quedado reducida a escombros, la gente ha colocado carteles en los que pide ayuda y ha colocado recipientes para recolectar dinero.
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, que desde el sábado se encuentra en la región para coordinar los trabajos, reconoció ayer que ha habido falta de organización y que la llegada de asistencia está siendo lenta. "Tenemos que gestionar esto bien. He visto en muchas áreas que hay muchas cosas que deben ser aceleradas. Pido a los gobiernos locales que sean más diligentes y activos".
Responsables gubernamentales cifran el número de personas que se han quedado sin hogar en 200.000, la mayoría de las cuales está viviendo en chozas o barracas cerca de lo que fueron sus viviendas, o en refugios improvisados en los arrozales. Otros se niegan a volver a sus casas, por temor a que se produzca un nuevo temblor.
Mientras tanto, los hospitales siguen desbordados, con miles de heridos, y los equipos médicos están agotados. "La gestión de los desechos en los hospitales es crítica. Hay restos humanos por todos lados", dice John Budd, portavoz de Unicef, informa France Press. Gran parte de los fallecidos son niños y ancianos, que no tuvieron tiempo de escapar de los edificios cuando comenzaron a desplomarse.
El Gobierno indonesio ha repartido equipos sanitarios por las diferentes poblaciones afectadas. Naciones Unidas aseguró que en tres días prevé que llegue a la zona un cargamento con los artículos que considera más urgentes: tiendas y hospitales de campaña, generadores eléctricos y suministros médicos, especialmente para tratar fracturas. La Cruz Roja Internacional ha enviado también un hospital de campaña, ha distribuido 2.000 tiendas y tiene otras 8.000 en camino.
El Programa Mundial de Alimentos está repartiendo 30 toneladas de galletas enriquecidas, suficientes para alimentar a 20.000 personas durante una semana.
Pakistán, que sufrió un seísmo el pasado octubre, en el que fallecieron 73.000 personas, ha fletado un avión con tiendas, mantas, medicinas y comida. Japón ha anunciado el envío de tropas de sus Fuerzas de Autodefensa para ayudar en las labores de emergencia, y Estados Unidos planea desplazar a un equipo de 100 doctores, enfermeros y técnicos procedentes de la base de Okinawa, en el Pacífico. El aeropuerto de Yogyakarta, la principal ciudad de la zona, que resultó dañado por el temblor, volvió a funcionar ayer.
El vicepresidente indonesio Muhammad Yusuf Kalla afirmó que cada superviviente recibirá 16,5 euros para ropa y otros artículos, y que la gente que perdió su casa será compensada. Más de 45.000 viviendas y otros edificios han resultado destruidos o seriamente dañados, según las autoridades.
El área castigada por el seísmo, que se produjo a las 5.54 hora local (cinco horas menos en la España peninsular), se reparte sobre cientos de kilómetros cuadrados de comunidades agrícolas junto a la antigua capital real de Yogyakarta, situada a unos 400 kilómetros al este de Yakarta y a 25 kilómetros de la costa.
El terremoto ha intensificado la actividad del volcán Monte Merapi, que desde hace un mes amenaza con entrar en erupción. Ayer, escupió lava y nubes tóxicas. Los materiales expulsados llegaron cuatro kilómetros montaña abajo, según aseguró Subandriyo, responsable de la oficina de supervisión del Merapi.
El seísmo del pasado sábado es el mayor desastre natural que vive Indonesia desde el tsunami que en diciembre de 2004 arrasó Asia, provocando 230.000 muertos y desaparecidos, de ellos 170.000 en la provincia indonesia de Aceh.
Del volcán al terremoto
Los temores acerca de una erupción del volcán Merapi, anteriores al seísmo de este sábado, han permitido ganar tiempo en el envío de la ayuda internacional a Indonesia, destinando a los afectados del terremoto parte del material y de los equipos previstos para las posibles víctimas del volcán, según coinciden varias asociaciones humanitarias representadas en España.
Desde Intermón Oxfam, Jacobo Ocharán explica que "el volcán Monte Merapi estaba en situación de máxima alerta, y los preparativos que estábamos haciendo han facilitado la coordinación" entre las distintas ONG. También es la opinión de Boris Aristín, coordinador de urgencia en España de Save The Children, quien concreta que su asociación ya ha empezado a distribuir a los niños afectados por el terremoto los 1.000 kits de emergencia previstos para el volcán. Con todo, el riesgo de una erupción, y por tanto de una segunda catástrofe, no ha desaparecido, recuerda Olivia Costa, miembro de Cruz Roja España.
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