"Caos en Egipto significa caos en Oriente Próximo y en el Mediterráneo"
"Los cambios tienen que hacerse de manera ordenada porque caos en Egipto significa caos en Oriente Próximo y caos en el Mediterráneo", manifiesta el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Ahmed Aboul Gheit (El Cairo, 1942), en respuesta a las críticas que su país ha recibido por el trato policial a los activistas prorreforma. Este diplomático de carrera, que llegó a la cúpula del ministerio en 2004 tras haber sido representante de su país ante la ONU, asegura una y otra vez durante su entrevista con este diario en que Egipto está llevando a cabo "importantes cambios políticos, económicos y sociales", pero insiste a la vez en la necesidad de "mantener la ley y el orden".
Pregunta. La UE ha criticado el trato policial a las últimas manifestaciones prorreforma, y su ministerio ha respondido con dureza. ¿Va a afectar a sus relaciones?
"En Darfur, hay una lucha por los recursos, y en absoluto se trata de un enfrentamiento entre árabes y africanos"
"No creo que éste sea un país en el que la gente tenga miedo a expresar una opinión"
Respuesta. La relación de Egipto con Europa es sólida y se basa en la igualdad y el respeto mutuo. Estamos dispuestos a escuchar otros puntos de vista, y mantenemos continuos contactos. Pero las declaraciones europeas se hicieron deprisa y con información inexacta. Así se lo dijimos a los europeos, y ésa va a continuar siendo nuestra línea. Sólo pedimos conocimiento de la situación y ser juzgados como el resto. Egipto se está desarrollando. Estamos en medio de importantes cambios políticos, y a menos que se haga de forma ordenada, puede llevar al caos. Y nadie quiere eso, porque caos en Egipto significa caos en Oriente Próximo y caos en el Mediterráneo, lo que no interesa ni a Egipto ni a nuestros socios, entre los que se encuentran los europeos.
P. En EE UU algunos congresistas han intentado recortar la ayuda militar a Egipto por ese motivo. ¿Fue ésa la causa del viaje a Washington de Gamal Mubarak, el hijo del presidente?
R. No. Los responsables egipcios siempre están en contacto con los estadounidenses. Gamal Mubarak estuvo allí, pero también lo han estado unos cuantos ministros en las últimas semanas. Los estadounidenses han podido ver algo que han creído erróneo. Hemos hablado con ellos, se lo hemos explicado y los que nos han escuchado han quedado satisfechos, por eso ha fracasado esa enmienda en el Congreso. Eso no significa que seamos santos. A veces se cometen errores. La sabiduría está en no repetirlos.
P. Amnistía Internacional ha citado a Egipto entre los países que reciben...
R. Entre otros países. No creo que ningún país se haya librado, y eso es importante porque hasta el Reino Unido ha sido criticado. Todo el mundo. Amnistía tiene su forma de juzgar las cosas. Leemos sus informes con interés porque tal vez tengan alguna observación [válida].
P. ¿Hay en la actualidad en alguna cárcel egipcia algún sospechoso de terrorismo entregado por EE UU para ser interrogado como denuncia Amnistía?
R. No lo sé. Lo que sí hay es cuatro egipcios en Guantánamo. Estamos en contacto con Estados Unidos para ver cómo podemos traerlos de vuelta. Los estadounidenses quieren librarse de ellos, pero ellos no quieren venir y prefieren quedarse en EE UU o en Australia. Es algo ajeno a Egipto, pero estamos dispuestos a que vuelvan y tratarlos como a todo el mundo. No creo que usted me vea a mí o a la gente en la calle con esposas. Ha vivido en nuestro país y ve la prensa. Hará su propio juicio, pero no creo que éste sea un país en el que la gente tenga miedo a expresar una opinión.
P. El triunfo de Hamás en Palestina ha causado un bloqueo político. ¿Qué posición tiene su Gobierno?
R. Estamos trabajando tanto con Al Fatah como con Hamás para intentar unirlos y convencerles de que dejen de enfrentarse. Estamos haciendo progresos, pero ¿cuánto va a durar? ¿Será permanente? Confiamos en que eventualmente entren en razón y comprendan que el cese de su enfrentamiento va en interés de los palestinos. Reconocemos al presidente de la Autoridad [Palestina] como la figura encargada de la política exterior y las negociaciones con los israelíes. Y apoyamos a Abu Mazen [Mahmud Abbás] como presidente de la Autoridad. Entendemos que Hamás ha llegado al poder en unas elecciones. Tiene que servir el interés de los palestinos, dirigir el Gobierno. Pero las negociaciones y la política exterior son cosa del presidente, según la Ley Básica, y nadie lo cuestiona, ni siquiera Hamás.
P. El presidente Mubarak ha expresado su preocupación por la influencia de Irán entre los chiíes iraquíes. ¿Considera que el nuevo Gobierno iraquí tiene capacidad de actuar por sí mismo y representa a todos los iraquíes?
R. Eso espero. Y espero que nombren a los ministros de Defensa y del Interior lo antes posible. Confío en que la composición del Ejército y la Policía iraquíes asegure la unidad y la cohesión del país con todas sus comunidades. Una cohesión que ha estado ahí durante ochenta años. Vamos a apoyar al Gobierno de Irak, al Estado de Irak y al pueblo iraquí, intentando unirlos, ayudándolos a que superen sus diferencias y a que construyan un nuevo Irak. Ya lo estamos haciendo, en cooperación con otros Gobiernos y por nuestra cuenta, dando aquí formación a expertos agrícolas, abogados, jueces o jóvenes diplomáticos.
P. ¿Teme que Irán se nuclearice? ¿Qué sugiere para desbloquear la crisis con la comunidad internacional?
R. Tenemos algunos principios que marcan nuestra posición. El primero, el derecho de todo país a la energía nuclear con fines pacíficos, tal como admite el Tratado de No Proliferación [TNP]. Y en segundo lugar, nos oponemos a la introducción de armas nucleares en esta región. Por ello, promovemos el establecimiento de una zona libre de armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares. Hemos pedido a Israel, porque todo el mundo habla de su capacidad nuclear, que se una al TNP. Y pedimos al resto de los países que no protejan a Israel y le pidan lo mismo. La nuclearización [de Irán] llevará a la proliferación de otras potencias. La salida de la crisis es cosa de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más la UE. Todo el mundo tiene que sentirse seguro. Hay que respetar el derecho de Irán como firmante del TNP, pero a la vez la comunidad internacional tiene que estar segura de que Irán respeta todas las normas. Estoy seguro de que pueden encontrarse fórmulas.
P. Algunos analistas estiman que la Liga Árabe no ha presionado lo suficiente al Gobierno sudanés para frenar las matanzas en Darfur...
R. Con todo el respeto por lo que los europeos han hecho en Sudán, árabes y egipcios conocemos la historia de la zona. Recuerdo que en 2003, cuando surgió el problema, vinieron denunciando un genocidio. A nosotros también nos preocupaba lo que ocurría, y la Liga Árabe envió una misión. Su informe sacó a la luz pobreza, conflictos tribales, sequía, aumento de la población... lo que lleva pasando desde hace siglos: una lucha por los recursos que enfrenta a dos comunidades, los pastores y los granjeros. Si a eso se suma el abandono del Gobierno central, embarcado en una guerra civil en el sur y otra en el este, se entiende que se haya producido una rebelión. Hay más de un factor, y en absoluto se trata de un enfrentamiento entre africanos y árabes. Reto a quien pueda distinguirlos por el color de piel. No hay una barrera racial porque siempre ha habido matrimonios mixtos. Además, todos son musulmanes.
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