La UE estudia endurecer las condiciones para nuevos miembros
Alemania propone cambiar el nombre de la Constitución europea
La necesidad de introducir algún cambio en la Constitución europea para facilitar su aprobación salvando sus contenidos fue una de las ideas que fue tomando cuerpo en la reunión de ministros de Exteriores de los Veinticinco celebrada el pasado fin de semana en la abadía austriaca de Klosterneuburg. Otro punto de "reflexión" fue la posibilidad de endurecer las condiciones para el acceso a la Unión de nuevos Estados miembros.
El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, sugirió a la salida del encuentro la posibilidad de cambiar el nombre de la Constitución para facilitar su aprobación. Steinmeier ya había advertido el día anterior de que no se podía exigir a franceses y holandeses que volvieran a votar el mismo texto que rechazaron hace ahora un año.
El ministro alemán señaló que el nombre no era un aspecto fundamental y recordó que en su país la Constitución se denominaba Ley Fundamental. Alemania ha recibido el encargo de elaborar "una sólida propuesta" para abordar el futuro de la Constitución durante su presidencia europea, en el primer semestre de 2007, para que pudiera entrar en vigor en las elecciones europeas del año 2009.
Ursula Plassnik, ministra de Asuntos Exteriores de Austria y anfitrión de la reunión como presidente de turno de la Unión Europea, se hizo eco de la sugerencia alemana al afirmar que lo importante era el "contenido del texto".
"Base jurídica"
En su intervención, Plassnik prefirió utilizar la expresión "base jurídica" en lugar de "tratado constitucional", aunque advirtió de que la cuestión del nombre no se había tratado en la reunión. Plassnik destacó que lo importante era "haber salido del inmovilismo" en el que se había sumido el proyecto europeo tras el no al texto constitucional de Francia y Holanda hace un año. En su opinión, la reunión había supuesto "un impulso importante para el proyecto europeo".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, insistió en defender el texto aprobado ya por 15 Estados miembros, pero admitió que hasta que no se celebren las elecciones en Francia y Holanda el año próximo "cualquier propuesta que se presente no va a tener viabilidad". El ministro Moratinos aludió a la iniciativa de Alemania, España e Italia para impulsar el proceso constitucional.
Otro punto de "reflexión" de los debates mantenidos en el impresionante monasterio barroco que domina el Danubio ha sido la posibilidad de endurecer las condiciones de ampliación a nuevos socios.
La ministra de Asuntos Europeos de Francia, Catherine Colonna, presentó la propuesta de su país para limitar las futuras ampliaciones de la Unión Europea a ciertas condiciones. Francia considera sustancial tener en cuenta "la capacidad de absorción" de la Unión Europea antes de dar la entrada a nuevos socios al club. La capacidad de absorción, prevista ya en el Tratado de Copenhague, será uno de los asuntos de debate del próximo consejo. Francia ha relacionado siempre la repulsa de sus ciudadanos a la Constitución Europea con el rechazo a la entrada de nuevos países.
Condiciones más duras
Plassnik confirmó que los Veinticinco estaban dispuestos a escuchar "las preocupaciones de muchos europeos y endurecer en el futuro las condiciones de entrada de nuevos socios, tomando como criterio la capacidad de absorción", que será uno de los puntos de discusión de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas los próximos 15 y 16 de junio.
El ministro español, Miguel Ángel Moratinos, recordó que el concepto de capacidad de absorción había sido introducido en el tratado por España, para expresar su opinión de que "el proceso de ampliación debía ir en paralelo al de la profundización". "Antes de decidir nuevas ampliaciones", añadió, "habrá que definir qué Europa queremos".
Para Moratinos, el punto de inflexión sobre la ampliación se producirá después de la entrada de Bulgaria y Rumania y antes de la incorporación de los nuevos países aspirantes de los Balcanes Occidentales.
Apoyo a España
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, recogió ayer una idea del filósofo español José Ortega y Gasset para definir el futuro de Europa. En su opinión, la definición de España de Ortega "como un proyecto común y de convivencia para los españoles" era perfectamente aplicable a la idea de Europa. "Tenemos diferencias, pero tenemos que convivir".
El presidente del Ejecutivo comunitario reclamó ayer un compromiso más activo de la UE en la cuestión de la inmigración. Barroso fue muy explícito al afirmar que "tenemos que hacer más", porque "no es problema de los países comunitarios, sino que tiene que ser tratado como un auténtico asunto de nivel europeo".
Barroso también afirmó que todos los ministros de Asuntos Exteriores de los Veinticinco habían "mostrado su apoyo a las autoridades españolas". En su opinión, la emigración es una cuestión concreta en la que la Unión Europea puede aportar un valor añadido y aproximarse a las preocupaciones de los ciudadanos.
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