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Reportaje:

Dos homenajes para las mismas víctimas

La Comisión Cívica reúne en el mercado de Alicante a centenares de personas que recuerdan el bombardeo de la Guerra Civil

Han pasado 68 años, y aunque muchos apelen a la concordia nacional y a olvidar, ayer se comprobó cómo la Guerra Civil dividió y divide todavía a la sociedad. La Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, de la forman parte colectivos cívicos, sindicatos y los partidos progresistas, llevaban meses preparando un acto para conmemorar y honrar a las víctimas que fallecieron en el brutal bombardeo que los aviones fascistas italianos, a las órdenes de Franco, lanzaron sobre el Mercado Central.

El 12 de mayo de 2005 la Comisión presentó en el registro municipal una solicitud por escrito para celebrar un acto en esta plaza y colocar una placa conmemorativa. Pero no hubo respuesta alguna, y por consiguiente ayer no tenían el pertinente permiso.

Sin embargo, el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, del PP, arropado por ocho de sus ediles, y el director del Instituto de Cultura Gil-Albert de la Diputación, Joaquín Santo Matas, irrumpieron sorpresivamente en la plaza del Mercado, dispuestos a rendir su propio homenaje. No hubo discurso oficial, ni palabras, sólo el descubrimiento de una placa de cerámica que reza "en recuerdo de las 311 víctimas inocentes que perdieron la vida... tras uno de los ataques que asolaron Alicante durante la Guerra Civil española".

Alperi, sin apenas público en la plaza, se dirigió a los medios de comunicación para instar a los ciudadanos a "pasar página para que España viva en unión y concordia, sin dos bandos", en ese instante un anciano se dirigió al alcalde y le espetó: "Esa placa está mal escrita, ¿por qué no dice qué aviones bombardearon Alicante? ¿por qué no pone que fueron las tropas fascistas?". Alperi admitió que la contienda fue "sangrienta y brutal", y minutos después, en alusión a la Comisión Cívica, tildó de "demencial" algunas actitudes que pretenden ahora recuperar el debate de vencedores y vencidos. Sobre los motivos por los que desde hace meses la Comisión Cívica no ha recibido contestación al escrito presentado en registro para colocar una placa y celebrar un acto, el alcalde lamentó que "no se hayan dirigido al Ayuntamiento para consensuarlo". "Además, a mí nadie me ha llamado invitándome para venir con ellos", dijo el mandatario del PP.

Un par de horas después, los miembros de la comisión y decenas de ciudadanos expresaron su malestar al comprobar cómo el PP intentó "reventar" este homenaje. Pero no alcanzaron su objetivo. A las doce del mediodía decenas de banderas republicanas y personas de toda condición, edad y procedencia se reunieron en esta plaza, en el público había muchas mujeres emocionadas llorando y recordando a sus padres o hermanos que fallecieron. Hubo algunos supervivientes del bombardeo, familiares de las víctimas, jóvenes, estudiantes, sindicalistas, políticos de progresistas y los miembros de la Comisión Cívica. "El único acto democrático y popular ha sido éste", advirtió el sindicalista Manuel Parra. La mayoría de los presentes criticaron el mal gusto del alcalde al colocar una placa de cerámica, "folclórica y fogueril".

El escritor y periodista, Enrique Cerdán Tato, emocionado y apabullado por el éxito de la convocatoria, recordó que hace 68 años fallecieron "víctimas inocentes y lo hicieron porque cayeron bombas fascistas al servicio del dictador Franco". Los organizadores criticaron que el Ayuntamiento de Alicante no concediera el permiso a la Comisión para instalar una placa con todos los nombres de las víctimas y optó por colocar otra. "Fue un bombardeo deliberado y no un fenómeno de la naturaleza", ironizó Tato que tildó la placa oficial de "folclórica" y además lamentó que en el texto "no digan la verdad y se oculten, pues que sepan que la memoria no es venganza sino justicia", dijo.

El 25 de mayo de 1938 el Mercado de Alicante estaba repleto de gente hambrienta que sobrevivía a la Guerra Civil. Según varios testimonios, se corrió la voz de que llegaba sardinas fresca y verduras, las sirenas sonaron tarde y los aviones italianos lanzaron 90 bombas que causaron más de 300 muertos. Toda la zona se llenó de sangre y cuerpos destrozados, no hubo suficientes ambulancias para evacuar a los heridos. "¿Qué mente criminal pudo ordenar semejante atrocidad?... Así comenzaron los bombardeos a ciudades, sin objetivo militar, que pretendían atemorizar y desmoralizar a la población civil", reza el manifiesto que se repartía ayer en este acto.

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