Voces en contra
El debate sobre la conservación del patrimonio industrial del Poblenou se abrió al tiempo que lo hacía la zanja de la Diagonal desde Glòries hacia el mar, y sobre todo desde la implantación del 22@, que ha puesto al descubierto que la reconversión de la actividad productiva puede suponer la piqueta para edificios, cuando menos, singulares.
Ha sido en los últimos años cuando las posturas se han radicalizado más entre el consistorio y la plataforma del Fórum de la ribera del Besòs, sobre todo a raíz del plan especial de Can Ricart.
Ayer, tras la presentación del catálogo, ocurrió lo mismo. La entidad se mostró crítica con la propuesta por lo que supone para Can Ricart -el catálogo salva el 70% de las nave y la plataforma aboga por la totalidad- y por lo que consideran "falta de criterio" de los técnicos municipales que lo han elaborado.
Critican que no se han tenido en cuenta sus propuestas y argumentan que no se ha producido un diálogo previo. En parecidos términos se expresan la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB) y las asociaciones vecinales de los barrios del distrito 22@.
El grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona denunció que el plan sólo sirve para "impulsar la campaña de imagen del alcalde Joan Clos", pero "no para proteger el legado industrial del barrio". Según el grupo nacionalista, la propuesta presentada por el alcalde es "estrictamente cosmética" y apuesta "por la protección parcial o fragmentada de edificios y fachadas, sin que detrás haya un plan de conservación y preservación global".
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