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EE UU presiona con éxito a bancos europeos para que no colaboren con Irán

Rice rechaza la oferta de la UE a Teherán para que suspenda el enriquecimiento de uranio

Cuatro de los grandes bancos europeos -UBS y Crédit Suisse (Suiza), ABN Amro (Holanda) y HSBC, con base en Londres- han comenzado a reducir sus actividades en Irán ante las amenazas de multas y cierres de negocio en EE UU. La decisión de los bancos se produce incluso sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre sanciones económicas a Teherán por su supuesto programa para fabricar armas nucleares. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, rechazó el domingo la oferta europea a Irán para que suspenda esos planes.

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Altos funcionarios del Tesoro y del Departamento de Estado han intensificado sus esfuerzos en los últimos seis meses para limitar las actividades de los grandes bancos europeos relacionadas con Irán, invocando para ello leyes antiterroristas y bancarias. Tales esfuerzos también se dirigen a entidades de EE UU y de Oriente Próximo.

Los funcionarios han viajado a Europa y a Oriente Próximo para exponer los riesgos de tener tratos con un país que ha rechazado repetidamente las demandas de Occidente para que suspenda el enriquecimiento de uranio, y para urgir a los Gobiernos europeos a que adopten medidas similares.

Stuart A. Levey, subsecretario del Tesoro, dijo: "Estamos intentando que los bancos y otras instituciones se replanteen sus vínculos con Irán. Ellos mismos están pensando si realmente quieren tener negocios con entidades propiedad de un Gobierno implicado en la proliferación de armas de destrucción masiva y de apoyo al terrorismo".

Los cuatro bancos europeos han desvelado, en grado diferente, la limitación de sus actividades en Irán durante los pasados seis meses. Casi todos los grandes bancos europeos tienen sucursales o delegaciones en Estado Unidos que están sujetas a las leyes del país.

Funcionarios estadounidenses indicaron que EE UU había informado a sus aliados europeos sobre esas presiones, y también les han pedido que se unan a los esfuerzos que está realizando el Gobierno de Washington. Pero al mismo tiempo, los estadounidenses no hicieron pública esta nueva presión, en parte para no complicar los esfuerzos de los negociadores europeos, que aún estaban en conversaciones con Irán sobre su paquete de incentivos a cambio de la suspensión de los trabajos de enriquecimiento de uranio.

Precisamente, el pasado domingo, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declaraba a la cadena NBC que no tenía sentido ofrecer a Irán garantías de seguridad para detener su programa, en referencia a la oferta de la UE -acceso a la más avanzada tecnología nuclear para su uso civil a condición de que Teherán renuncie a la investigación autónoma-, y que los países europeos no habían buscado el apoyo de EE UU a ese respecto. "Irán es un banco central del terrorismo y una fuerza para la inestabilidad en una región de gran interés". La secretaria de Estado añadió que "nosotros estamos unidos con nuestros aliados en lo que se necesita hacer. No podemos permitir que Irán se deslice hacia la obtención de armas nucleares", informa Reuters.

No está claro qué efectos negativos tendrán para Irán las medidas de los bancos europeos, pero expertos políticos y económicos aseguran que es improbable que causen mucho perjuicio, si se considera que Irán es uno de los principales productores de petróleo de la OPEP y gana cientos de millones al día con el precio del barril de crudo a 70 dólares.

Sanciones financieras

La presión estadounidense aún no se ha materializado en multas ni en cualquier otro tipo de sanciones, aunque el UBS y ABN Amro no son ajenos a las penalizaciones financieras por tratar con países que Washington ha querido aislar. El UBS fue sancionado por la Reserva Federal hace dos años con una multa de 100 millones de dólares (78,4 millones de euros) por movimientos no autorizados de dinero hacia Irán y otros países, como Libia y Yugoslavia, sujetos en aquel momento a las sanciones comerciales de Estados Unidos. El pasado mes de diciembre, ABN Amro también fue multado con 80 millones de dólares (62,7 millones de euros) por no cumplir con las regulaciones contra el lavado de dinero y violar las sanciones económicas contra Libia e Irán de 1997 a 2004.

UBS aseguró que actualmente no hace negocios directos con ningún individuo, empresa o banco en Irán, ni tampoco financiará exportaciones o importaciones de clientes en Irán. ABN Amro, por su parte, confirmó que ha minimizado sus actividades en Irán.

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