Reino Unido vaticina que las tropas extranjeras dejarán Irak en 2010
Tony Blair visita por sorpresa Bagdad para apoyar al nuevo Gobierno de coalición
El primer ministro británico, Tony Blair, visitó ayer Bagdad en un viaje de apoyo al nuevo Gobierno iraquí, que tomó posesión el pasado sábado tras meses de negociaciones. Aunque Blair no quiso comprometerse a fijar un calendario sobre la retirada de tropas, un alto funcionario de su Gobierno mostró su confianza en que las tropas internacionales se hayan retirado del país antes de que acaben los cuatro años de mandato del ejecutivo iraquí.
Por razones de seguridad, Blair viajó a Bagdad en secreto a través de Kuwait. Su segunda visita a la capital iraquí desde la caída de Sadam Husein, en 2003, no tenía más objeto que el de dar al nuevo Ejecutivo el espaldarazo de la comunidad internacional en un momento en el que la violencia cotidiana que asola el país ha puesto en cuestión incluso la justificación humanitaria que el propio Blair y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dieron a la invasión de Irak, cuando no tuvieron más remedio que admitir que Sadam no disponía de armas de destrucción masiva, el teórico objetivo de la intervención aliada.
Ayer mismo hubo al menos 11 muertos en Irak y en el mes de abril se contabilizaron casi 1.100 sólo en la capital. Pese a estas cifras, el nuevo primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, declaró en una conferencia de prensa conjunta con Blair que "no hay guerra civil en Irak, sólo terrorismo". "Irak es ahora un lugar mucho mejor", aseguró. En tiempos de la dictadura de Sadam, "los iraquíes estaban privados de libertad y todo estaba mal", añadió.
"Un nuevo comienzo"
Tony Blair admitió que la posguerra "ha sido más larga y más dura de lo que esperábamos", pero se refirió a "un nuevo comienzo de Irak". "A pesar del terrorismo y del derramamiento de sangre, el pueblo ha hablado y ha sido elegido un Gobierno. No cabe duda de que eso es mejor que vivir bajo la dictadura", proclamó, y puso como prueba el simple hecho de que allí estaban él y Al Maliki, haciendo frente a "la presión" de las preguntas de la prensa. "No hay ningún vestigio de excusa para la gente que echa mano del terrorismo y el derramamiento de sangre", dijo.
El nuevo Gobierno de unidad nacional ha tardado cinco meses en constituirse desde las elecciones del 15 de diciembre. Sus integrantes tomaron posesión el sábado, en vísperas de que expirara el plazo legal fijado en la Constitución iraquí. Formado por 37 ministros -entre los que hay sólo cuatro mujeres-, han quedado vacantes los cargos clave de Interior (asumido provisionalmente por el propio Al Maliki), Defensa y Seguridad Nacional, una muestra de las tensiones que enfrentan a los distintos grupos étnicos y religiosos que integran la clase política del país.
El primer ministro británico no quiso fijar, al menos en público, un calendario de retirada de tropas. "Queremos ir lo más deprisa que podamos, pero sin poner en peligro la seguridad", declaró Blair.
Pero un alto funcionario británico que viajaba con la delegación de Tony Blair fue más explícito, al citar el mandato de cuatro años del nuevo Gobierno iraquí, que concluye en 2010, como el objetivo temporal de esa retirada, y el traspaso este mismo verano de varias de las 18 provincias bajo control internacional, incluida una de las cuatro provincias bajo control de tropas británicas. "Durante estos cuatro años, el actual papel y estructura de la fuerza multinacional ha de cambiar y llegar a su fin", dijo el funcionario británico, aunque pronosticó que la labor de apoyo y formación de las fuerzas de seguridad iraquíes se podría prolongar varios años más.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.