Nagin conserva la alcaldía y llama a la unidad para reconstruir Nueva Orleans

Los votantes de Nueva Orleans dieron el sábado la victoria en unas muy reñidas elecciones municipales al alcalde Ray Nagin, un demócrata negro, que derrotó a Mitch Landrieu, también demócrata, y blanco. En los comicios de la ciudad anegada hace nueve meses por las aguas después del huracán Katrina estaba en juego la dirección de una etapa decisiva, la de la reconstrucción, con más de 10.000 millones de dólares de ayuda federal que este verano llegarán a Nueva Orleans.

"Esta comunidad", añadió el reelegido alcalde, de 49 años "tiene que abrir la etapa de cicatrización. Dejemos de medir las cosas en blanco y negro y amarillo". El resultado fue apretado -el 52% contra el 48%, una diferencia de 5.329 votos- y la participación sólo llegó al 38%. Se calcula que, nueve meses después del éxodo causado por el huracán, menos de la mitad de los 450.000 habitantes de Nueva Orleans -una ciudad de amplia mayoría negra y tan demócrata que de los 22 candidatos originales, sólo dos eran republicanos- están viviendo en sus casas. En las elecciones -notablemente limpias para la tradición de la zona- se estimuló el voto por correo y la movilización en autobuses para que miles de desplazados pudieran acudir a las urnas.

"No voy a buscarme líos"

En la campaña hubo poca sustancia en cuanto a los programas -parecidos, porque la única tarea es reconstruir la ciudad, aunque Landrieu, 45 años y vicegobernador de Luisiana, está más a la izquierda que Nagin- y mucho debate sobre estilos y personalidad. Nagin tiene una cierta tendencia a hablar primero y pensar después, y tanto eso como su falta de previsión en las horas previas al huracán dañaron la gran popularidad que tenía, pero él supo cómo recomponerla. "Nueva Orleans volverá a ser una ciudad chocolate", dijo en enero, haciendo las delicias de los negros y causando fastidio en la población blanca. El sábado obtuvo el 80% de los votos negros y el 20% del electorado blanco. Al celebrar su victoria, dijo: "No voy a soltar el típico discurso de Ray Nagin, no voy a buscarme líos esta noche, os lo aseguro".

El alcalde le dio las gracias al presidente, George W. Bush, por mantener sus compromisos sobre las aportaciones y los incentivos fiscales, y lo hizo con cierta gracia, después de haber protagonizado enfrentamientos en otoño: "Usted y yo somos probablemente los políticos más criticados de este país, pero le quiero dar las gracias por cumplir sus promesas. Ahora tenemos", continuó, "3.000 millones de dólares para los diques, 8.000 millones en incentivos, 10.000 millones para casas... Usted está cumpliendo, y quiero agradecérselo en nombre de los habitantes de esta ciudad".

Transportado por la generosidad que da la victoria, Nagin dirigió también un mensaje de reconciliación a la gobernadora, Kathleen Blanco, con la que compartió imprevisiones en el huracán. "Ha llegado el momento de que reconstruyamos juntos la ciudad", dijo.

Mitch Landrieu, un político con futuro y heredero de un clan -los Kennedy de Luisiana- en el que figuran su padre, ex alcalde de la ciudad, y su hermana, actual senadora, coincidió con el tono: "Hay una cosa que está clara: tenemos que unirnos para hablar con una sola voz y defender un solo objetivo. Tenemos que desalojar el racismo y la pobreza y sustituirlos con la oportunidad y la responsabilidad".

Nueva Orleans se va a beneficiar de uno de los planes de ayuda más ambiciosos de EE UU, y lo necesita. Aún hay barrios enteros (en los que había prácticamente sólo población negra) con casas inhabitables y rastros de la inundación; la ciudad ha perdido gran parte de sus habitantes y sigue abierto el debate sobre los criterios que deben presidir la reconstrucción.