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Columna
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Qué memoria la del PP

A doña Rita, se le escaparon unas 800 toneladas de tierra y profanación de una fosa común, hasta una cantera de Sagunto. Antonio Montalbán, portavoz de EU-L'Entesa, se apresuró a denunciar tamaña barbaridad y advirtió de que si no se paralizaban las excavaciones, acudirían al juzgado. La descripción de Montalbán es estremecedora: "Hemos visto cráneos, fémures y todo tipo de huesos desperdigados por la cantera". Poco antes, el Fòrum per la Memòria había conseguido que se suspendieran cautelarmente las obras en los cuadros 3 y 4 del cementerio de Valencia, donde hay restos de republicanos víctimas de las matanzas del franquismo; restos de quienes defendieron la legalidad y la libertad, frente a la infamia de los salvapatrias y los intereses de una derecha de reclinatorio y despotismo. Pero el gobierno municipal del PP siguió adelante, sin considerar la petición de Montalbán, de Rafael Rubio, portavoz socialista y del edil Matías Alonso, que consideraron que había de preservarse toda la fosa. Medida que se ha de observar en la sección 5ª derecha del mismo cementerio, sobre la que se ha construido ya nichos y panteones, aunque "aún queda una superficie como la de dos campos de fútbol", donde, según todas las investigaciones, fueron enterrados centenares de republicanos aniquilados, por los escopeteros de la dictadura.

A doña Rita la mala memoria, puede que la mala conciencia y el tremendo escándalo la hayan forzado a pedir disculpas, a suspender las obras, a poner los huesos en su lugar y a iniciar las pesquisas para depurar responsabilidades, ¿las políticas, también? Pero ¿qué les sucede a estos conservadores que lo de la memoria histórica los pone de los nervios? Si sólo se trata de hacerles justicia a quienes permanecieron leales a una República de legitimidad impecable: a los combatientes, a los guerrilleros, a los hombres, a las mujeres y a los niños, que sufrieron todo el rigor y la crueldad de unos golpistas, que contaban con la ayuda del fascismo foráneo. Mujeres y niños como los 300 que fueron despedazados en el Mercado de Alicante, por la Aviación Legionaria Italiana, el 25 de mayo de 1938, en un criminal bombardeo perpetrado deliberadamente sobre la población civil. Para recordar tanta inocencia machacada, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante solicitó permiso, por registro, al Ayuntamiento, con objeto de colocar una placa conmemorativa de aquella masacre, sin que hasta el momento se haya tenido noticia alguna, ¿por qué? No obstante, se han convocado numerosos actos por dicha comisión, en este 68 aniversario, así como la presentación de maquetas y proyectos del Memorial del Campo de los Almendros y del monumento -una obra de Eusebio Sempere-, en el puerto alicantino, donde naufragó la República. ¿De qué se espantan estos conservadores, si el espanto llegó de la derechona? Pero no todos, siempre habrá algún espabilado oportunista, con el sello de demócrata falso y encima caducado, que pretenda sacar provecho de todo esto. Los hay que se envilecen al galope.

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