Blair atraviesa su peor momento
Tony Blair atraviesa uno de los peores momentos de su carrera política. Con un 68% de los británicos insatisfechos con su gestión, frente a sólo un 26% que la aprueban, el primer ministro británico se ve cada vez más presionado para abandonar el cargo.
Su compromiso público de dar a su sucesor tiempo suficiente para que se prepare con vistas a las próximas elecciones, que se esperan para 2009, aunque legalmente podrían retrasarse a 2010, se interpreta de manera mayoritaria como un primer paso para abandonar Downing Street el año que viene, quizás al cumplirse en mayo los 10 años de su elección como primer ministro.
La actual impopularidad de Blair empezó a cimentarse en su decisión de apoyar activamente la decisión del presidente de Estados Unidos de invadir Irak. La guerra, a la que se oponía el 80% de los británicos en vísperas de la invasión y que nunca ha sido popular una vez empezada, hizo añicos el carisma de Blair y le ha convertido en un político común y corriente, con la imagen de preocuparse más por el poder que por gobernar el país.
Con el prestigio del Gobierno por los suelos tras varias semanas de escándalos financieros, políticos y personales, el 83% de los británicos cree que el Partido Laborista está dividido, el 55% piensa que Blair debería retirarse este año o el próximo y sólo el 20% opina que debería seguir en Downing Street hasta acabar su mandato.
Los sondeos electorales dicen que si hubiera elecciones generales hoy, los conservadores obtendrían el 37% de los votos y los laboristas el 31%, lo que probablemente llevaría a un Gobierno de coalición.
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