El BCE extrema su vigilancia ante el riesgo de inflación que supone el alza del crudo

El presidente del Banco Central Europe (BCE), Jean-Claude Trichet, aseguró ayer que la institución que marca la política monetaria de la zona euro mantendrá una "fuerte vigilancia" para evitar que la inflación se acelere a causa del encarecimiento del crudo y que "actuará" en caso de que ese riesgo se materialice.

Durante un discurso pronunciado en Linz (Austria)Trichet aseguró que los tipos de interés "son aún muy bajos" y que la política monetaria de la zona euro sigue siendo "expansiva". Los comentarios del responsable del BCE replicaron los recogidos en el último boletín mensual de la entidad, que se dio a conocer ayer.

Según la entidad monetaria, a corto plazo es probable que las tasas de inflación interanual en la zona euro se mantengan por encima del 2%, algo que dependerá de la evolución del crudo y de la medida en que se trasladen a otros precios en la cadena de producción. A más largo plazo, el BCE espera que las variaciones de precios regulados y de los impuestos indirectos incidan significativamente sobre la inflación en 2007. También es previsible que los efectos indirectos derivados de pasados aumentos del precio del petróleo sigan ejerciendo una influencia al alza.

Igualmente, indica que el crecimiento del crédito al sector privado sigue siendo "muy elevado" y ha continuado incrementándose durante los últimos meses. Junto a ello, afirma que el dinamismo de los salarios será mayor de lo esperado debido, posiblemente, a los efectos de "segunda vuelta" de incrementos pasados de los precios del petróleo. Por ello, estima previsible que las tasas anuales de inflación se mantengan en niveles "elevados" tanto en 2006 como en 2007.

Los mercados interpretaron que el BCE prepara una nueva subida de tipos desde el 2,5% actual y el euro subió ayer hasta 1,2872 dólares, su nivel más alto en un año. Desde Linz, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, se declaró "en absoluto preocupado", puesto que una apreciación del euro ayudará a comprar energía a un precio mejor, por lo que no lo considera "un problema grave".