La UE reduce la producción de azúcar un millón de toneladas en un año

La primera campaña del azúcar tras la reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) aprobada el año pasado se saldará con la reducción de un millón de toneladas. En España ese recorte ha sido de alrededor de 100.000 toneladas, lo que se ha traducido en el cierre de al menos dos plantas. Italia e Irlanda han sido los grandes perjudicados de la reforma del azúcar, que tiene como objetivo ajustar oferta y demanda y hacer un hueco a las cada vez mayores importaciones de azúcar.

La cuota comunitaria de azúcar es de 17,6 millones de toneladas frente a una producción media cercana a los 20 millones y una demanda de 16 millones de toneladas. El objetivo de la Comisión Europea es reducir la cuota en unos cinco millones en los próximos años. España tiene una cuota de producción ligeramente por debajo del millón de toneladas y una demanda de más de 1,2 millones.

En la primera campaña tras la reforma de la OCM, la cuota española se ha reducido unas 100.000 toneladas. Este recorte ha afectado sobre todo a Castilla-La Mancha y a las provincias del norte de Andalucía. La mayor parte de los agricultores optaron por abandonar el cultivo. Ante la imposibilidad de disponer de materia prima, Azucarera Ebro cerró su planta de Ciudad Real, con una cuota superior a las 22.000 toneladas, y Azucareras Reunidas de Jaén hará lo mismo con la de Linares (80.000 toneladas).

En el conjunto de la Unión Europa (UE) la reforma se saldará el primer año con una reducción de 700.000 toneladas y el cierre de 15 plantas en Italia -la mitad de la producción- y otras 200.000 toneladas a Irlanda, que elimina la producción. Los grandes beneficiados son Alemania y Francia, que mantienen su producción y generan los mayores excedentes.

En las próximas campañas se esperan nuevos ajustes. En España se estima que éstos se concentren en Andalucía y las comarcas al norte del Duero, aunque se mantienen algunos interrogantes por el comportamiento de los precios del azúcar, su utilización como biocombustible o las políticas públicas para apoyar a los agricultores que quieran seguir en la actividad. El Ministerio de Agricultura ha señalado que recortará un 10% las ayudas de quienes abandonen la actividad para trasladarlas a los que sigan con el cultivo. Tanto la Administración como la industria rechazan la elaboración de un plan cerrado de reestructuración para el sector como pretendían algunas organizaciones agrarias.