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Un hombre mata a cuchilladas a su novia en una calle de La Elipa y se suicida

Dos guardias civiles que circulaban por la zona estuvieron a punto de impedir el crimen

F. Javier Barroso

Una inmigrante peruana, Pamela Liliana Coronado Córdoba, de 35 años, murió a mediodía de ayer después de que su compañero sentimental, el español Pedro Nájera Arribas, de 48 años, le asestase al menos una decena de puñaladas. Dos guardias civiles de paisano que pasaban por el lugar de los hechos, en el barrio de La Elipa (distrito de Ciudad Lineal), estuvieron a punto de impedir el crimen, pero llegaron tarde por unos segundos. Los agentes redujeron y esposaron al agresor, que tuvo tiempo de apuñalarse en el tórax. Murió una hora después en el hospital Gregorio Marañón.

"Todavía estoy pensándolo porque no me lo creo. Es una de esas cosas que jamás te las esperas". Así de rotundo se mostraba un hermano de Pedro Nájera Arribas, que ayer apuñaló hasta la muerte a su compañera sentimental y después se suicidó.

"Estamos destrozados. El pasado domingo estuvimos comiendo todos juntos en casa de mis padres y todo iba bien. En ningún momento mi hermano nos dijo que hubiera problemas", añadió el familiar, que no quiso dar su nombre.

El fallecido Pedro Nájera era el mayor de tres hermanos. Era propietario de una empresa de camiones, con sede en Madrid. Desde hacía seis meses, vivía en Ciudad Lineal con su novia Pamela Liliana Coronado. Antes residía en Usera. "Mi cuñada estaba como una reina. Hacía una semana que había vuelto de Lima [de donde era originaria]. Había estado un mes y medio arreglando papeles para venirse a vivir a España. Ya me hubiera gustado a mí vivir como ella...", comentó el hermano.

Pamela aprobó hace unas semanas el examen para obtener el carné de conducir. Se lo había pagado Pedro Nájera, según el hermano de éste. "Ella era muy maja y se llevaba muy bien con toda la familia", explicó. "No sé lo que le pudo pasar a mi hermano por la cabeza para hacer una cosa así", concluyó.Los hechos ocurrieron a las 11.40 en la confluencia de la avenida del Marqués de Cobera y la calle de Pedro Ortiz. La pareja entró en la cercana cervecería J. J. El supuesto agresor no pidió ninguna consumición, mientras que la mujer solicitó un té frío, que pagó en el instante. "Los dos se han salido a la parte derecha de la terraza y han comenzado a charlar. Han debido de estar unos 10 minutos. Cuando ella se ha terminado su bebida, ambos se han marchado", comentó José María, camarero de la cervecería.

Instantes después, cruzaron a un pequeño parque y, por causas no esclarecidas, comenzaron a discutir, lo que llamó la atención de los viandantes. En un momento dado, Pedro Nájera, propietario de una empresa de transportes, sacó un cuchillo y comenzó a agredir a la mujer. Según el subdirector del Samur-Protección Civil, Ervigio Corral, asestó a Pamela un mínimo de 10 puñaladas: tres le afectaron en la zona torácica, otra en el abdomen, cuatro en los brazos y otra en una pierna. La más grave le seccionó una vena yugular, lo que le produjo una pérdida masiva de sangre.

Justo cuando el hombre estaba arrodillado en el suelo apuñalando a Pamela, estaban parados en el semáforo dos guardias civiles de paisano, integrantes de un equipo de investigación, en un coche camuflado. Al ver lo que estaba ocurriendo, se bajaron rápidamente del vehículo y obligaron al atacante a que dejara de agredir a su compañera. Nájera se dirigió en actitud amenazante hacia uno de los guardias civiles, al que intentó clavar el cuchillo en dos ocasiones. Éste sacó su pistola reglamentaria, pero no llegó a emplearla, según fuentes del instituto armado.

Hemitórax izquierdo

El atacante se autolesionó: se propinó una profunda cuchillada en el hemitórax izquierdo. El otro guardia civil, que estaba atendiendo a la mujer, logró arrebatarle el cuchillo y le puso los grilletes. "Uno de los guardias de paisano le tenía tirado en el suelo boca abajo, con las esposas puestas. Después lo han sentado en un banco hasta que han llegado las ambulancias. Lo han reducido en cuestión de segundos, porque todo ha sido muy rápido", explicó un vecino de la zona. Mientras, otros dos chavales atendían a la mujer. Le taponaron las heridas más graves. "Él ni la miraba. Estaba como si estuviera borracho o drogado y ni abría la boca", añadió el vecino.

Los guardias civiles llamaron a través de teléfono de emergencias 112 a los servicios sanitarios y al Cuerpo Nacional de Policía, que se hizo cargo de las investigaciones. Cuando llegaron los médicos del Samur-Protección Civil, ambos heridos estaban en parada cardiorrespiratoria. Los facultativos les intentaron reanimar durante media hora. En el caso de la mujer, resultó imposible. Al final sólo pudieron certificar su muerte. "Todas las puñaladas eran muy graves, pero la mortal ha sido la que le afectaba a la vena yugular", declaró el directivo del Samur.

El hombre recuperó el pulso a los 20 minutos de ser reanimado. Fue trasladado con preaviso hospitalario al servicio de urgencia al hospital Gregorio Marañón, donde fue intervenido de inmediato. La gravedad de la puñalada que se asestó hizo que muriera en la mesa de operaciones a las 13.40, según una portavoz del centro hospitalario.

Sin antecedentes

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicaron ayer por la tarde que el fallecido carecía de antecedentes policiales y que tampoco había sido denunciado por su pareja por malos tratos, por lo que no le constaban órdenes de alejamiento. Algunos allegados a la víctima señalaron que habían estado juntos desde hacía seis meses. Recientemente, ella había viajado a Perú, su país natal. No trabajaba, pero tenía previsto cuidar en breve a una persona mayor.

Otros conocidos de la víctima señalaron que la mujer residía en la calle de San Lamberto, en el mismo barrio de La Elipa, y que había ido al colegio de su hija, de 12 años, porque ésta no había acudido ayer por la mañana a las clases. Otras fuentes aseguraron que la fallecida vivía en Usera. Una de las compañeras de la muchacha afirmó que había recibido ayer por la mañana en su teléfono móvil un mensaje de la hija de Pamela en el que le decía que había decidido fugarse de su casa por "bastantes problemas". La compañera de la chiquilla añadió que su padrastro la maltrataba frecuentemente, por lo que había decidido marcharse. Este extremo está siendo investigado por los agentes del Grupo V de Homicidios.

Pamela se dirigía al colegio de su hija, que está en una calle contigua al lugar de los hechos, para hablar con los profesores acerca de los supuestos novillos que había hecho la estudiante. La adolescente no había contestado en toda la mañana a las llamadas que le había hecho a su teléfono móvil. En ese momento fue abordada por Pedro Nájera.

La madre y la hermana de la fallecida acudieron al lugar de los hechos. Tuvieron que ser atendidas por los psicólogos del Samur de sendas crisis nerviosas. Ambas fueron trasladadas a declarar a la Brigada Provincial de Policía Judicial. Fuentes cercanas a la familia añadieron que ambas mujeres no querían que Pamela mantuviera relaciones con ese hombre.

La muerte de Pamela eleva a 26 el número de homicidios que se han registrado en la región durante el año 2006.

Pamela Liliana Coronado, moribunda en el suelo.
Pamela Liliana Coronado, moribunda en el suelo.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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