Medio centenar de muertos en una nueva ola de violencia en Irak
Un día después de que el gobernador de la peligrosa provincia de Anbar, al este de Irak, saliera ileso de un intento de asesinato que mató a 10 personas, un insurgente hizo explotar ayer la carga que llevaba adosada al cuerpo junto a un centro de reclutamiento militar en Faluya. Al menos 16 jóvenes que esperaban para alistarse en la policía (uno de los pocos empleos disponibles además del de militar) perdieron la vida. Faluya, a 50 kilómetros al este de Bagdad, era el centro oficial de la insurgencia hasta que las tropas estadounidenses la conquistaron en una sangrienta operación militar en noviembre de 2004 y desperdigaron a los insurgentes por todo el país.
En cuanto a la violencia sectaria que enfrenta a suníes y chiíes desde el 22 de febrero, ayer se hallaron 34 cuerpos en distintos lugares de Bagdad, con un tiro a bocajarro, las manos atadas a la espalda y sin identificación. Este tipo de ejecuciones al estilo de los escuadrones de la muerte se ha convertido en un signo externo de la guerra civil larvada entre milicias de ambos credos y que ha provocado el desplazamiento de unas 100.000 personas de los barrios mixtos.En el barrio de Al Dura, unos hombres armados obligaron a descender de un minibús a cuatro estudiantes y los asesinaron delante de los demás pasajeros, informaron ayer fuentes policiales.
Por otra parte, los dos ingenieros alemanes liberados el martes en Irak tras permanecer secuestrados desde el 24 de junio se encuentran ya en Alemania.
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