_
_
_
_

"¡EE UU, has perdido!", grita Moussaoui tras ser condenado a perpetuidad

El jurado libra de la pena de muerte al único procesado por el 11-S en el país de los atentados

Yolanda Monge

Zacarias Moussaoui, el único acusado en Estados Unidos por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, que mataron a casi 3.000 personas, pasará el resto de su vida en la cárcel, sin posibilidad de libertad condicional. Hicieron falta siete días y 41 horas de deliberaciones para que el jurado alcanzara ayer un veredicto. Moussaoui escuchó la sentencia sentado. Cuando era conducido fuera de la sala del tribunal en Alexandria (Virginia, cerca de Washington) exclamó: "¡EE UU, tú has perdido!", "¡Yo he ganado!".

Pronunciadas estas palabras, el condenado aplaudió en medio de un profundo silencio.

Las especulaciones de los analistas se cumplieron: cada día que pasaba y el jurado no se pronunciaba, era un día en que Moussaoui, 37 años, de nacionalidad francesa y origen marroquí, se alejaba más de la inyección letal.

Los motivos eran varios. Para empezar, para condenarle a muerte el veredicto debía de ser unánime, de otra manera automáticamente se le condenaba a cadena perpetua. Horas y horas de deliberaciones dejaban ver que los 12 hombres y mujeres no se ponían de acuerdo. Un analista apuntaba que debía de ser muy difícil de reconciliar para el jurado el hecho de condenar a muerte a un hombre que nunca tuvo el arma asesina en la mano, que no fue autor material de los hechos. Más aún, ni siquiera estaba cerca de Nueva York o Washington. Moussaoui se encontraba en la cárcel en Minnesota cuando se produjeron los atentados terroristas, detenido por algo tan simple como violar las leyes de inmigración. El jurado no alcanzó la unanimidad que se requería para la máxima pena, aunque estuvo de acuerdo en que lo que sabía el conspirador Moussaoui, que mintió al FBI, "creó un grave riesgo de muerte" para las víctimas del 11-S. Pero pesaron más los argumentos mitigantes de la defensa que los agravantes de la fiscalía. El jurado rechazo el argumento de la pretendida enfermedad mental de Moussaoui.

A las puertas del tribunal de Alexandria se sucedían ayer por la tarde (noche en España) las reacciones. Desde el alivio de algunos de los familiares de las víctimas que se oponían a la condena a muerte, hasta la tristeza de la fiscalía por no haber conseguido la pena de muerte para el hombre que consideraban que no "tenía lugar en este planeta". Rosemary Dillard, cuyo marido Eddie murió en los ataques, declaró: "Moussaoui es un hombre malo, pero nosotros tenemos una sociedad justa". Y dijo a los terroristas: "Les trataremos con respeto sin importar lo que nos hayan hecho". El presidente de EE UU, George W. Bush, hacía público un comunicado. "Mis pensamientos están hoy con los familiares de los que murieron ese día", escribía el presidente. "Hemos llegado al final de este caso pero no al final de la guerra contra el terrorismo".

La sentencia cierra más de cuatro años de juicios e investigaciones. El jurado que ha decidido salvar la vida de Zacarias Moussaoui -y que ya le había encontrado culpable como colaborador de los terroristas del 11-S- comenzó a deliberar hace dos lunes. La defensa había pedido en sus alegaciones finales que se le condenara a cadena perpetua, para evitar que se convirtiera en mártir de su causa y lograra lo que se había propuesto en un primer momento y no logró el 11 de septiembre de 2001: "morir en la yihad".

Carrie Lemack muestra la foto de su madre, muerta en los ataques del 11-S, tras conocer el veredicto.
Carrie Lemack muestra la foto de su madre, muerta en los ataques del 11-S, tras conocer el veredicto.REUTERS
Zacarias Moussaoui.
Zacarias Moussaoui.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_