Carrera hacia la extinción
Las especies amenazadas suben un 59% desde 2000 y llegan al hipopótamo o el oso polar
El oso polar y el hipopótamo son, desde ayer oficialmente, especies amenazadas. Como ellos, 16.119 especies de las 40.000 que ha analizado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) están en peligro de extinción. La cifra supone un aumento del 59% respecto a 2000 pero aun así se queda muy lejos de la realidad porque en el mundo hay 1,9 millones de especies de plantas y animales. Lo más preocupante, según los científicos, es "el ritmo desmesurado con que las especies desaparecen y con el que se suman a las especies amenazadas".
El 12% de las aves, el 23% de los mamíferos y el 33% de los anfibios sufren algún tipo de amenaza y su población no deja de descender, según la IUCN, que agrupa a expertos de 113 agencias gubernamentales y es referencia mundial.
El director adjunto de la lista roja de especies amenazadas, Jean-Christophe Vié, no le quita dramatismo a los datos. "Estamos viviendo una extinción de las especies 1.000 veces superior a la que ocurriría de forma natural. El mundo no ha vivido algo así desde la extinción de los dinosaurios y el responsable es el hombre", explicó ayer a El PAÍS desde Ginebra. Vié niega que la extinción pueda atribuirse a la variabilidad natural en el planeta. "¿Acaso alguien puede explicar el declive del lince ibérico sin el hombre?", pregunta.
El hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) es uno de los nuevos integrantes de la triste lista. La organización destaca que el apellido de común en breve no servirá para definirlo porque en la última década la población se ha reducido de 160.000 a 125.000 ejemplares. La principal causa es la caza ilegal. El problema no es que haya muy pocos ejemplares -de otras especies hay menos- sino que a este ritmo sólo durará unas décadas.
En el Congo, donde hace 10 años había 30.000 ejemplares, hoy apenas queda un 5% de la población. El Congo constituía la segunda mayor reserva de hipopótamo sólo después de Zambia. Además de la caza, el aumento del uso de agua dulce de los ríos también amenaza la supervivencia de los hipopótamos.
Las principales amenazas para las especies son, por este orden, la degradación de su hábitat, el abuso de la caza o de la pesca, la colonización del espacio por especies invasoras o el cambio climático.
El oso polar, otro animal emblemático, ha entrado en la categoría de vulnerable (previa a la de "en peligro"). La organización destaca que "el oso polar puede desaparecer en 100 años debido a que el cambio climático está fundiendo su hábitat en el Ártico". La agencia calcula que la población se reducirá entre un 30% y un 50% en los próximos 45 años.
Entre las especies que se encuentran en peligro crítico está la náufraga baleárica, una pequeña planta típica de Mallorca que en los últimos 20 años se ha visto reducida a la nada debido a las continuas faltas de agua, según la IUCN.
La planta sirve para ilustrar los problemas del Mediterráneo, uno de los 34 puntos del planeta donde hay mayor pérdida de biodiversidad. Como destaca Vié "el 56% de las 252 especies de peces de agua dulce del Mediterráneo están amenazados porque cada vez hay menos agua, está más contaminada y los ríos están más regulados".
La lista roja de especies amenazadas destaca que la sobrepesca es un problema cada vez mayor. "El 20% de las 547 especies de tiburones y rayas analizados está amenazado con la extinción".
Este declive confirma que "estas especies de crecimiento lento son particularmente susceptibles a la pesca excesiva y están desapareciendo en el mundo a un ritmo sin precedentes". La agencia pide que de forma urgente se declaren zonas de veda para reducir la pérdida. La raya común, hasta ahora frecuente incluso en muchas pescaderías europeas, "es ya muy escasa" en el Mar del Norte.
Estas desapariciones son particularmente graves en el mar porque esconde aún mucha biodiversidad desconocida. "Desaparecen las especies mucho antes de que lleguemos a catalogarlas", resume Vié. La tierra se empobrece cada día.
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