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Un párroco impide la entrada del féretro en el templo en un funeral

El cadáver de una mujer tuvo que esperar en el interior del vehículo de pompas fúnebres estacionado en la calle a las puertas de una iglesia de Majadahonda durante la celebración de su funeral córpore insepulto.

¿La causa? El párroco se negaba a que el féretro fuera introducido en el templo. Ante el estupor de familiares y amigos, el párroco de la iglesia de Santa María, José Fernando López de Haro, impidió el 21 de abril pasado que el ataúd con los restos mortales de la difunta cruzara la entrada del templo donde se iba a celebrar el funeral, antes de llevar el cuerpo al cementerio, a pesar de que no existía ninguna razón de índole sanitaria que justificara esta decisión, según confirmó la Consejería de Sanidad.

El sacerdote majariego argumenta un supuesto cambio de normativa efectuado por la Comunidad de Madrid en determinadas poblaciones, como Majadahonda o Madrid, que habría modificado la costumbre de celebrar la misa u otro acto religioso con el cuerpo presente.

"Ahora se ha organizado de otra manera y se pasa del hospital al tanatorio y de allí directamente al cementerio", afirmó el sacerdote, aunque no era la situación en este caso, dado que el coche fúnebre quedó estacionado en las inmediaciones.

Las cuatro parroquias

López de Haro explicó que no se trata de un hecho excepcional ni caprichoso, sino que es la actuación habitual en las cuatro parroquias que existen en el municipio. Y añadió: "El féretro espera muy dignamente en la puerta de la iglesia porque así lo dictaminan las normas sanitarias de la Comunidad de Madrid".

Fuentes de Sanidad negaron que se haya producido una modificación en el reglamento de sanidad mortuoria, que data de 1997, y que se hayan realizado especificaciones para determinadas poblaciones. El Reglamento de Sanidad Mortuoria sólo recoge que se podría impedir la entrada de las cajas a las iglesias cuando la muerte se hubiera debido a una enfermedad infecciosa.

La misma normativa establece que entre 24 y 48 horas del fallecimiento el cadáver requiere algún tipo de conservación y a las 72 horas debe ser embalsamado. Desde la Empresa Mixta de Servicios Funerarios indicaron que la continuidad o no del antiguo rito religioso depende de cada párroco, aunque reconocieron que oficiar el funeral córpore insepulto con el difunto dentro del templo es una costumbre que se está perdiendo cada vez más, sobre todo en la capital y grandes municipios.

Fuentes del Arzobispado de Madrid, por su parte, expresaron su "perplejidad" por este caso no habitual y remitieron al párroco para que explicara las razones por la que impide el acceso de los féretros a la iglesia en los funerales córpore insepulto, también llamados córpore presente.

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