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Perú denuncia la injerencia de Chávez y retira a su embajador

Los insultos del presidente venezolano a Alejandro Toledo agravan la crisis diplomática

El Gobierno de Perú retiró el sábado a su embajador en Venezuela ante la "persistente y flagrante intromisión" de Hugo Chávez en la política interna peruana. Horas antes, el mandatario venezolano había insultado a su homólogo Alejandro Toledo y al candidato presidencial Alan García. Los exabruptos de Chávez han colmado la paciencia del Ejecutivo peruano, que venía denunciando la injerencia del venezolano no sólo en la campaña electoral que concluirá con los comicios del 28 de mayo, sino también en decisiones soberanas como las negociaciones comerciales de Perú con EE UU.

El comunicado oficial RE 03-06 emitido en Lima por el Ministerio de Relaciones Exteriores era escueto: el Gobierno ordenaba el regreso inmediato de Carlos Urrutia, embajador en Caracas, por la "persistente y flagrante intromisión [de Chávez] en asuntos internos de Perú, en clara violación de las normas del derecho internacional".

Esas pocas líneas acumulaban, sin embargo, un memorial de agravios que tiene su arranque en la campaña para las presidenciales peruanas, en las que Chávez irrumpió para respaldar (y apoyar también financieramente, según sus detractores) al ex militar nacionalista Ollanta Humala. Esta interferencia provocó, en enero, la "llamada a consultas" del embajador Urrutia e incomodó a la opinión pública peruana.

Hace 10 días, Chávez volvió a la carga, esta vez para criticar la decisión de los Gobiernos de Perú y Colombia de suscribir un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Terció entonces Alan García, candidato del centroizquierdista Partido Aprista Peruano, a quien las encuestas sitúan como favorito en la segunda vuelta de las presidenciales, que disputará con Ollanta Humala. ¿Con qué autoridad Chávez criticaba a Perú por firmar un acuerdo comercial "con el imperio", se preguntaba García, cuando Venezuela exporta a Estados Unidos el 80% de su producción petrolera y despliega 10.000 surtidores en territorio norteamericano? "Chávez", concluyó, "es un sinvergüenza al pedir que nadie negocie con EE UU, mientras él exporta por 50.000 millones de dólares al año".

Nota de protesta

La respuesta de Chávez llegó este viernes: Alan García era un "corrupto y un ladrón de siete suelas", al que "le habían leído la cartilla imperial". Y si ganaba las elecciones, advirtió, Venezuela rompería las relaciones diplomáticas.

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La escalada obligó a intervenir al presidente Toledo. "Yo no entro en peleas de callejón. Esta contienda electoral es entre dos candidatos. No defiendo a nadie, pero no le permito al presidente Chávez volverse a entrometer en la política nacional de Perú, mucho menos con sus chantajes y amenazas", declaró. La cancillería peruana envió una "enérgica nota de protesta" a Chávez, que la recibió en Cuba. Fue allí, en La Habana, cuando la crisis llegó a su momento culminante. En presencia de sus homólogos cubano, Fidel Castro, y boliviano, Evo Morales, Chávez dijo que Alan García y Alejandro Toledo eran "caimanes del mismo pozo", y que los tratados que impulsaban con EE UU eran parte "de un plan imperial".

Horas después, el embajador peruano en Caracas, Carlos Urrutia, volvía a hacer las maletas para regresar a Lima. "Espero que esta crisis no lleve a la ruptura de relaciones con Venezuela", declaró ayer el ministro de Exteriores, Óscar Maúrtua, que denunció la "intromisión constante y redoblada" de Chávez en la carrera presidencial peruana. De hecho, Lima ha solicitado la intervención de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se pronunciará en los próximos días.

La retirada del embajador ha sido aplaudida por la clase política y la prensa peruana, que ayer se refería a Chávez como "dictadorzuelo" y "matón de barrio" y reproducía alborozada las declaraciones del dirigente izquierdista venezolano Teodoro Petkoff, que tildó de "ladilla" a Chávez por su intromisión en la política de Perú. Sólo Ollanta Humala ha guardado silencio. "Hace rato que los discursos y los arrebatos verbales de Chávez están tocando las fibras internas de la soberanía peruana", escribía Juan Paredes, editor del diario El Comercio. "Al [presidente venezolano] no le asiste ningún derecho para poner en juego las relaciones entre dos Estados sólo porque en el otro vaya posiblemente a ganar un candidato que no es de su preferencia. (...) Chávez está llevando a Humala directamente al despeñadero".

Las denuncias por la injerencia de Chávez en los procesos electorales de Latinoamérica, que salpicaron la campaña boliviana el pasado año, se multiplican ahora también en México, Nicaragua y El Salvador.

Alan García, en un mitin ante miembros de la Central de Trabajadores del Perú ayer en Lima.
Alan García, en un mitin ante miembros de la Central de Trabajadores del Perú ayer en Lima.EFE

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