¿Ha cambiado algo? Sí, pero...
Políticos, 'ertzainas', escoltas y gente de la cultura describen cómo se respira en el País Vasco sin la amenaza de ETA
"Sí, pero...". Son las dos palabras que hoy, algo más de un mes después del alto el fuego declarado por ETA, resumen el sentir general de la sociedad vasca: contentos, pero cautos. Eduardo Madina, diputado socialista al que la banda intentó asesinar en 2002, dice que se respira "un aire más limpio" en el País Vasco, pero no lo suficiente como para prescindir de sus escoltas. Enrique Portocarrero, director del Círculo de Empresarios Vascos cree que el anuncio de ETA "va en serio", pero necesita "confirmación en el tiempo" y Antonio Beristain, jesuita y director de Instituto Vasco de Criminología, señala que se siente más seguro ahora que antes, pero que no ha dejado de sentir las miradas y los desprecios de los simpatizantes de la banda.
Cándido Martínez ('ertzaina'): "No bajaremos la guardia hasta que podamos colgar el uniforme en el tendedero de nuestras casas"
Vicente de la Cruz (escolta): "Estamos pagados hasta diciembre. Es pronto para pensar en retirarnos. Este proceso va a durar años"
Koro Garmendia (viceconsejera de Turismo): "Ahora es más fácil acercarse a un nuevo cliente y que escoja venir al País Vasco"
Antonio Beristain (jesuita): "Hay gente que mata y gente que te hiere con sus miradas y sus desprecios y eso no ha remitido"
Un mes después del alto el fuego, concejales amenazados, escoltas, fuerzas de seguridad y gente de la cultura y el tiempo libre, contestaron a EL PAÍS a la siguiente pregunta: ¿Qué ha cambiado en el País Vasco?
CÁNDIDO MARTÍNEZ 'Ertzaina'
"Nosotros no hemos bajado la guardia. Mantenemos las mismas medidas de autoprotección y de alerta. Hasta que no entreguen las armas, esto no se habrá acabado. Estamos igual de despiertos que el 21 de marzo, el día antes a que se declarase el alto el fuego".
Cándido Martínez, portavoz de ERNE (Sindicato Independiente del Ertzaintza), cree que el alto el fuego de ETA "pinta bien", aunque sucesos como los atentados en Barañain y Getxo les hacen desconfiar: "Va a haber picos, eso está claro, y va a ser un proceso larguísimo. Necesitamos mucha paciencia, mucha cautela y sobre todo, una discreción absoluta".
Cándido sabe mucho de discreción y de ocultarse. Lleva su propio calendario del proceso y cuando llegue la paz definitiva, lo habrá comprobado antes que nadie: "Ese día podremos colgar el uniforme en el tendedero de nuestras casas y nuestros hijos podrán decir orgullosos en el colegio que su padre es ertzaina. Hoy todavía no podemos. Estamos empezando".
JUANA GOIKOETXEA Concejal del PP en Irún
Juana es concejal del PP en el Ayuntamiento de Irún desde 1999: siete años yendo a todas partes con su escolta. Sintió "alivio y expectación" con la noticia del alto el fuego pero ahora se siente incómoda: "Los periodos de transición siempre son los más difíciles de vivir. Me encantaría deshacerme de toda la parafernalia que rodea al amenazado y aprender a vivir como una persona normal: llegar todos los días al trabajo a la misma hora y por el mismo sitio, tener una rutina... Pero tenemos que mantener las medidas de seguridad para evitar que, mientras nos relajamos, los terroristas hagan planes por si se tuerce el guión. En 1999 ETA atentó contra objetivos planificados durante la tregua. Estoy incómoda porque no sé cuál es mi vida, si la anterior o la futura. Es como si fuera un profesor contando constantemente los días que faltan para vacaciones".
Fernando Lekumberri, concejal del PP en Laukiz (Vizcaya) asegura que recibió el alto el fuego "con desilusión" porque esperaba la entrega de las armas y un mes después
mantiene sus miedos y su escepticismo: "Mi vida sigue igual. No me siento ni más ni menos amenazado, pero viajo a algunos municipios de Guipúzcoa y me encuentro con pintadas proetarras que antes se limpiaban y ahora no. Están muy crecidos, pero ETA tiene que convencerse de que lo que no ha conseguido matando no lo va a conseguir sin matar". EDUARDO MADINA Diputado socialista
"Recibí la noticia del alto el fuego con mucha alegría, pero enseguida me di cuenta de que lo mejor era mezclarla con la prudencia. Un mes después, tengo más esperanza porque cada día que pasa sin violencia, es un día a nuestro favor, una garantía".
Madina perdió una pierna en un atentado de ETA en 2002, cuando dirigía las Juventudes Socialistas del País Vasco, Hoy dice no tener miedo: "Ahora ni yo, ni tanta gente amiga y querida que hemos dicho no a ETA, estamos amenazados. Noto que mis amigos ya no tienen miedo y cuando vamos por la calle, no somos ciudadanos del todo, pero casi. El aire está más limpio: la gente habla mucho más en la calle del alto el fuego, de oportunidades. Somos especialistas en desencanto, pero tenemos esperanza"
VICENTE DE LA CRUZ Presidente Asociación Española de Escoltas
De los 3.500 escoltas que hay en España, cerca de 2.500 trabajan en el País Vasco. El sector es de los más escépticos: "Es muy difícil creer en esta gente. Tienen la sensación de ir ganando y eso lo vemos cada día en la calle: nos insultan como siempre, pero están eufóricos. El ambiente en las Herriko tabernas (bares del entorno abertzale) es absolutamente festivo. Estaríamos encantados de tener que dejar de hacer este trabajo pero si el pesimista es el optimista escarmentado, nosotros somos pesimistas", opina el presidente de la Asociación Española de Escoltas, Vicente de la Cruz. "De todas formas, es muy pronto para pensar en retirarnos. Estamos pagados hasta diciembre y llevamos un mes de un proceso que puede durar años".
JUAN I. VIDARTE Director del Guggenheim
"Sí se nota. Hay una sensación general que es difícil de concretar, pero que se parece bastante al alivio". Vidarte ha observado que los visitantes de su museo caminan "más ligeros" por sus pasillos, pero no se atreve a hablar de un efecto tregua: "Las visitas han aumentado un 20% en Semana Santa. Probablemente, el alto el fuego haya tenido algo que ver, pero estoy seguro de que también han influido otras cosas. En general, noto una especie de alivio colectivo, como si nos fuéramos quitando, poco a poco, un enorme peso de encima".
KORO GARMENDIA Viceconsejera de Turismo
Coincide en la sensación de ligereza: "Es como si nos hubiéramos quitado la mochila". Y asegura que el escenario de paz es el mejor posible para el turismo: "Ahora es mucho más fácil acercarse a públicos que podrían sentir rechazo. Es más fácil que escojan el País Vasco, sin el lastre de tener a los últimos terroristas de Europa".
ANTONIO BERISTAIN
Jesuita
"Me siento menos amenazado, pero sigo notando los desprecios. Así como hay gente que mata, hay gente que nos hiere con sus miradas, con su lejanía, negándonos el saludo. El terrorismo sólo se mantiene si hay un gran porcentaje de ciudadanos cómplices, encubridores que creen que hay personas con las que la convivencia es menos digna. Eso hace sufrir mucho, y eso, por desgracia, continúa".
ENRIQUE PORTOCARRERO Director del Círculo de Empresarios Vascos
"El empresario vasco había asumido ese riesgo añadido y lo llevaba con dignidad. Ahora estamos más confiados, pero esto tiene que afianzarse. No hemos recibido ninguna carta pero lo de Barañain y Getxo nos preocupa. Si se consolida, la paz será lo mejor que le podía pasar a le economía de este país: el Estado ahorrará en seguridad y vendrá todo el capital extranjero al que la violencia había echado para atrás.
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