La escultura flotante de Córdoba queda atrapada en un lodazal

Hombre río, la escultura flotante que dos artistas instalaron en mitad del Guadalquivir a su paso por Córdoba hace poco más de una semana, ha terminado encallada en una de las orillas. Sus autores, Francisco Cornejo y Paco Marcos, pidieron ayuda ayer para sacar la escultura flotante del lodo en el que ha quedado atrapada. Ellos han intentando volver a colocarla en medio del río, pero no han podido sólo con su piragua.

"El arte es efímero, pero el nuestro lo ha sido más", dijo ayer uno de los dos creadores de la escultura flotante. "A lo mejor es que ése era su destino". El cordobés Paco Marcos se mostró algo resignado ante el destino de la escultura de polietileno expandido que colocaron en mitad del Guadalquivir hace poco más de una semana. En una de las orillas, atrapado en un lodazal, el Hombre río permanecía ayer encallado.

La instalación de la escultura en mitad del Guadalquivir, con tintes de gamberrada, ha supuesto un verdadero acontecimiento en la ciudad, que ha vivido durante décadas de espaldas al río. Durante la última semana, la ribera estaba llena de gente que se acercaba a ver la obra y se había abierto un debate ciudadano sobre qué hacer con ella.

En la madrugada del 18 de abril, Cornejo y Marcos decidieron colocar su escultura flotante, de unos cinco metros de largo y que representa a un hombre sonriente tumbado. La idea la gestaron dos meses antes y le pidieron a unos amigos que les echaran una mano para instalarla. Tardaron unas cuatro horas en anclarla a una boya en mitad del río. Lo hicieron, sin permisos ni subvenciones, con una piragua y una balsa artesanal.

Cuando amaneció surgió la pregunta de qué hacer con la escultura flotante. El río es competencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (Gobierno central). El subdelegado del Gobierno en Córdoba, José María Ruiz, afirmó hace una semana que la escultura se podría quedar ahí si el Ayuntamiento lo solicitaba.

El Consistorio todavía no se había pronunciado cuando en la mañana del miércoles la escultura apareció encallada en una orilla, a unas decenas de metros del lugar en el que había sido colocada.

Marcos comentó ayer que desconoce cómo ha podido ir a parar hasta allí. "No se descarta nada", dijo, pero no podrán saberlo hasta que no logren sacarla del barro y comprobar si la cuerda ha sido cortada o se ha roto por la fuerza de la corriente. El artista reclamó ayuda para sacar la escultura del lodo. "Lo que está claro es que no podemos sacarla con piraguas, necesitamos algo más, no sé si grúas". Dijo que están desolados: "todo el mundo sabe que está ahí encallado, pero nadie nos ha lanzado un cable".

El Hombre río nació de la mente de dos artistas casi desconocidos en los circuitos oficiales. Lo hizo sin licencias, sin subvenciones, sin concursos de ideas... "Con nocturnidad y alevosía", dijeron Cornejo y Marcos. Doce días tardaron en esculpirlo en polietileno, en barnizarlo y en colocarlo sobre una estructura que le permitiera flotar. Cuando lograron instalarlo, tenían la esperanza de que alguna administración "se animara" y les financiara alguna creación. Pero el miércoles su original idea se quedó en nada.