Sonrisas y grimas

Tres pasos a dos conectados por un uso bastante rudimentario del vídeo y por los mismos intérpretes: Antonia Grove y Theo Clinkard; ellos son rubios, atléticos, de dentadura cuidada y pelo bien cortado, pero fríos, ególatras en el bailar, narcisos a ultranza, a veces en estética trash y otras embutidos en sus correctos trajes mods, polos blancos de críquet y lustrosas zapas Perry Ellis y en los que se reconoce una buena preparación técnica.

Bonachela usa la estructura del pas de deux tradicional o clásico: entrada y adagio, variaciones separadas de ambos, y, finalmente, coda en dúo; todo esto sobre un collage musical ecléctico y poco coherente, en el que siempre denota una cierta superficialidad expositiva.

Anderson estructura su pieza a manera de viñetas en lo espasmódico, es el arte de lo pijo mostrado con cierta petulancia de pose y guiños discotequeros. Por otras vías, Bruce aporta la mejor apuesta, en un intenso material de fuerza y estrecho contacto físico, exploración desgarrada de la intimidad de la pareja desarrollada con notable inventiva y ciertos retos formales.

Éste es un programa estudiado en la idea de resaltar las posibilidades y variedad de registro de los bailarines y que pone en liza tres registros coréuticos de muy diverso calado, estética y propósitos; en todo ello se trasluce por dónde van las sonrisas del baile británico actual donde algunas acciones siguen dando grima.