Adolfo García Ortega recrea una aventura marina en 'Autómata'
La atracción por el estrecho de Magallanes que desde hace años persigue al escritor y editor Adolfo García Ortega (Valladolid, 1958) fue el inicio de su última obra literaria, Autómata (Bruguera). "Desde que fue descubierto ese lugar, la historia de la humanidad ha pasado por esa zona. Me parece un punto geográfico lleno de misterio en el que los grandes maestros de la literatura de aventuras se han inspirado para construir sus historias. Me perseguía hasta tal punto que casi me sentí obligado a narrar una historia". Autómata es una novela de aventuras marinas en la que mezcla la magia y las leyendas de la corte de Felipe II con una historia de amor imposible.
García Ortega descubre en su obra a Oliver Griffin, un hombre que a finales del siglo XX está obsesionado por la invisibilidad y que decide realizar un viaje a Punta Arena, en el estrecho de Magallanes, en un carguero de contenedores. Su objetivo es el de restaurar un hecho histórico que ha unido su vida con la de los magos Melvicio y Löw, de Praga, del siglo XVI. Griffin reproduce en la novela el viaje de novios que en los años veinte realizaron sus abuelos.
"Me interesaba contar una historia como si fuese una especie de enciclopedia. Introducir en la novela muchas historias pequeñas y una importante cantidad de información que le resultase atractiva al lector", apuntó ayer el escritor. Habla García Ortega del tipo de literatura que le gusta hacer, "siempre diferente, pero en la que se mezclan ficción y no ficción. Me interesa que tengan sentido intemporal y que no estén supeditadas a la inmediatez"; y de los autores que le interesan como lector, y cita entre ellos a Roberto Bolaño, "una figura impresionante en la literatura. Alguien que fue capaz de escribir obras como 2666 me merece mucho respeto", indica el escritor.
Destino y azar
"Los personajes que discurren por Autómata se rigen por el destino y el azar y van navegando a lo largo de cuatro siglos mostrando su sabiduría y su experiencia. Los elementos que componen la obra tienen bastante similitud con las piezas de un puzle porque aislados no tienen sentido y en conjunto componen un todo global. Esta novela está pensada para sorprender a los lectores y mantenerlos en vilo hasta la última página. No es una novela de intriga, sino que los mismos sucesos que se narran pueden resultar intrigantes", explica el autor de la novela.
García Ortega, que compagina su actividad de escritor con la de editor de Seix Barral, confiesa que en ocasiones se siente "saturado con los libros". "Hay ocasiones en las que anhelo el momento de liberarme de todo, pero son muchas más las que me siento seducido y sorprendido con algunas de las obras que llegan a mis manos. Es cierto que como lector me atrae menos la novela, porque ya no busco entretenerme, sino aprender".
Babelia
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