Miles de opositores desafían al rey de Nepal
Miles de opositores desafiaron ayer el toque de queda impuesto por el rey Gyanendra y salieron a las calles de Nepal, por tercer día consecutivo, para pedir la restauración de la democracia. Se trata de las protestas más intensas desde que el monarca disolvió el Gobierno y se hizo con el poder absoluto, hace 14 meses. Tres manifestantes murieron este fin de semana en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que se reprodujeron ayer en Katmandú, la capital, y en otras ciudades del país. Decenas de personas resultaron heridas (diez de ellas de bala) y los detenidos se cuentan por centenares.
Algunos analistas dudan, sin embargo, de que las protestas vayan a alcanzar la fuerza suficiente como para forzar al rey a resignar o a abrir el diálogo con los partidos políticos, cuyos dirigentes tampoco gozan de la confianza de la población. El Gobierno usa todos los medios para neutralizar las movilizaciones: desde la interrupción de los servicios de telefonía móvil hasta la imposición de medidas de excepción.
Simultáneamente la guerrilla maoísta, cuya ofensiva para imponer un régimen comunista ha dejado 13.000 muertos desde 1996, ha anunciado que tomará el control de las principales carreteras del país.