La mano que...
... mece la cuna. ¿Qué mano? De momento me van a permitir que mantenga el suspense acerca del titular de la misma. A cambio puedo adelantarles que la cuna es el Ayuntamiento de la ciudad en la que vivo, esa Bella Easo de las chanzonetas antiguas. Y más concretamente el grupo del PNV en el consistorio donostiarra. Porque se han producido cambios, no de tanta envergadura como los acaecidos en el Gobierno de la nación -Rubalcaba posee un perfil de negociador nato amén de un algo más que lo hacen, a ojos del Jefe, más apto para lo que se avecina- pero que tienen su miga y delatan que la sombra del ciprés es alargada. El cambio perpetrado por el PNV ha consistido en defenestrar al hasta ahora su portavoz en la alcaldía, Román Sudupe. ¿Van adivinando la identidad de la mano? En su día ya quitaron a Sudupe de diputado general de Guipúzcoa y ahora le caído esto. Como ven, a la hora de premiar a los suyos el PNV se las pinta solo. Porque Sudupe ha permanecido fiel a los colores y ha sudado la camiseta por su partido como el que más. Pero, ay, cometió en su día la torpeza de mostrarse algo puntilloso con la izquierda abertzale (no parecía asimilar que su partido se contagiara de las tesis autodeterminativas), osadía que redondeó apoyando a Josu Jon Imaz como sheriff de su formación política frente al guipuzcoano Joseba Egibar. Supongo que a estas alturas ya habrán descubierto que quien ha movido la cuna para que se cayera Sudupe ha sido el mocetón de Andoain con su Josebamano.
El defenestrado, haciendo gala de su habitual discreción y de su lealtad hacia quien le quiere tan bien, se ha mostrado muy discreto en las entrevistas que ha mantenido, fiel igualmente en eso a las tesis polideportivas del ya invisible Arzalluz, que solía decir que los trapos sucios se lavaban en el vestuario. Las palabras que pronunció Sudupe al conocer que le dimitían no pudieron ser más elocuentes: "No esperéis de mí ninguna crítica al partido ni a sus responsables, aun cuando adopten decisiones perjudiciales para mí. Lo que tenga que decir, lo diré, en su caso, en el seno del propio partido". Su sucesor, Xabier Ezeizabarrena, tampoco se ha mostrado más locuaz, pero ahora que está de portavoz hablará más. Cosa rara entre las gentes de su partido, Ezeizabarrena suele escribir en los periódicos y además, cosa todavía más rara, tiene cosas que decir, al menos en sus campos de internacional y ecologismos. Me da en la nariz que sólo es el primer paso de una carrera hacia la alcaldía, pero es pronto para hablar de eso. Aunque no lo es para reseñar que ya se ha notado un cambio de estilo, por no decir su mano y la mano que tiene detrás, porque, al igual de lo que están haciendo en otros municipios algunos comilitones de su cuerda, quiero decir, de la cuerda de Egibar -él mismo cedió tres concejalías a batasunos en el Ayuntamiento de Lizartza antes de que le desautorizada Josu Jon Imaz-, el PNV ha invitado a la plataforma ilegalizada Baga Boga al Ayuntamiento. Más concretamente, a participar en la Comisión de Servicios a las Personas.
Según parece, el reglamento permite que se puede invitar a quien se considere oportuno para el tema que la comisión trate. Y en este caso el asunto que requería la presencia inevitable de algún miembro ilegal era, qué casualidad, el uso del euskera en... ¡dos carteles para un espectáculo público! Podría parecer que para eso sería más idóneo un miembro de Euskaltzaindia, pero, claro, como se trata del tuétano de la identidad, parece lógico que invitaran a los guardianes de las esencias. Bien es verdad que el convidado en cuestión no pudo participar en todo lo que quería, ya que se lo impidió el propio PNV. Pero nos encontramos ante lo que puede ser el principio de una larga serie de invitaciones en la línea de aquí-vienen-porque-son-ya-legales, por más que sólo lo sean para la óptica nacionalista. De momento se puede asegurar que eso no pasaba con Sudupe. Porque no pasó. Aunque la mano que mece la cuna ya está embadurnándose de linimento para que pase más.
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