Miles de peruanos se quedan sin votar en Madrid y Barcelona
La gran mayoría de los 70.000 ciudadanos peruanos empadronados en España formó ayer largas colas ante las urnas instaladas en las principales ciudades del país, muchos de ellos para evitar la multa de 45 euros y las sanciones administrativas que les pueden caer en caso de abstención. En Madrid y Barcelona, las dos ciudades con más población de inmigrantes peruanos, hubo filas para votar que superaban un kilómetro. No se registró ningún incidente grave, pero sí imprevisión por parte de las autoridades consulares peruanas, según muchos de los votantes.
En Madrid, cuatro funcionarios del consulado tuvieron que atender a unos 40.000 electores, que disponían de siete horas para votar en el pabellón de la Pipa, en la Casa de Campo, entre las 9.30 y las 16.30 horas. Para ayudar a estos funcionarios, unos 40 voluntarios habían aceptado orientar a miles de votantes para evitar que las colas se convirtieran en un caos total. Lucían una camiseta verde con la palabra "organización" y repetían a través de megáfonos: "No se preocupen por la hora. Todos los que están en la cola van a votar".
Pero no fue así. A las 16.30, los votantes que habían esperado durante horas vieron cómo se cerraban las puertas del recinto. Quienes estaban dentro y aún no habían votado, tampoco pudieron depositar su papeleta en la urna. "¡Queremos votar!", corearon en el pabellón. Lo único que consiguieron fueron certificados para demostrar su presencia en el colegio electoral y protegerles de las sanciones legales. Los que se quedaron fuera no tuvieron tanta suerte y empezaron a recoger firmas para quejarse a la Embajada y al consulado.
El cónsul de Perú en Madrid, Diego Alvarado, lamenta la falta de medios y de personal, pero rechaza la acusación de improvisación: "Desde el consulado hemos enviado miles de correos a los peruanos que viven en Madrid para solicitar su ayuda. Sólo 100 nos propusieron su ayuda, y sólo 40 de ellos se han presentado".
"Como animales"
Los votantes que esperaban en la cola no entendían que las elecciones más importantes de su país pudieran desarrollarse en tales condiciones. Un grupo de mujeres se acercó al cónsul para expresarle directamente su disgusto. "Es indignante. Nos tratan como animales. Pedimos que nos respete. ¡Son condiciones tercermundistas!". Alvarado confiesa en privado que "en parte tienen razón", aunque considera que los propios electores hubieran podido organizarse mejor e implicarse más en el proceso.
En Barcelona también hubo colas de varios kilómetros de votantes para intentar depositar su papeleta en las urnas instaladas en el Complejo Deportivo de la Mar Bella. Prácticamente todos los peruanos que viven en la capital catalana se concentraron durante horas para poder entregar su papeleta, informa Europa Press.
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