Rajoy desconfía de Rubalcaba y ve un "grave error" que sea ministro del Interior

El líder del PP, Mariano Rajoy, calificó ayer de "grave error" el nombramiento de Alfredo Pérez Rubalcaba como titular de Interior. Afirmó que desconfía de Rubalcaba "porque hay muchos puntos oscuros en su biografía", que no concretó. Los insinuó su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana: su papel tras los atentados del 11-M. Rajoy apostilló que Rubalcaba no será bueno "para que haya un buen entendimiento" entre el Gobierno y el PP, lamentó la salida del ministro de Defensa, José Bono, y consideró "justa" la destitución de la ministra de Educación, María Jesús San Segundo.

Todo lo que el líder de la oposición dijo ayer en Vitoria, donde se reunió con el Grupo Parlamentario Popular en la Cámara vasca, sonó a advertencia al presidente del Gobierno. Hace poco más de una semana que Rajoy y Zapatero recuperaron una vía de comunicación directa para la lucha contra ETA, pero ayer el líder del PP destacó los problemas que, a su juicio, supone en ese entendimiento que Rubalcaba sea ministro del Interior.

"En el PP no confiamos en el señor Pérez Rubalcaba para ministro del Interior", afirmó Rajoy, para calificar de "grave error y grave equivocación" el nombramiento. "Acostumbro a ser leal con los compromisos que asumo y no debo engañar ni andar con paños calientes", señaló.

Rajoy se negó a detallar los presuntos puntos oscuros de la biografía de Rubalcaba cuando se le pidió que los precisara. "No voy a concretar más", advirtió. Otras voces populares se encargaron de recordar viejos agravios pero, especialmente, el protagonismo que le atribuyen tras los atentados del 11-M como "paladín de la manipulación". Se ocuparon públicamente de ello Eduardo Zaplana y el diputado Vicente Martínez Pujalte. Zaplana sólo insinuó esa crítica. Pujalte la explicitó y recordó que Rubalcaba era portavoz del Gobierno socialista durante el escándalo de los GAL.

Antigua afrenta

El PP culpa a Rubalcaba de haber alimentado las manifestaciones frente a sus sedes en la jornada de reflexión del 13 de marzo y de las acusaciones de mentir contra el anterior Ejecutivo popular tras 11-M. La frase de Rubalcaba: "Merecemos un Gobierno que no nos mienta. Un Gobierno que diga siempre la verdad", que éste pronunció en la noche del 13 de marzo tras una comparecencia de Rajoy en la que el líder popular pidió que concluyeran las manifestaciones de protesta frente a sus sedes, es, para el PP, un motivo de grave afrenta que no se ha superado en estos dos años ni tiene visos de hacerlo.

Rubalcaba fue el principal interlocutor, por parte socialista, del Gobierno de José María Aznar en terrorismo. Esa interlocución se cortó abruptamente en la noche del 11-M y, desde entonces, en el PP le consideran "un político que no es de fiar". En estos dos años, ha sido muy habitual que ni Rajoy ni Ángel Acebes, su número dos, escucharan en el hemiciclo del Congreso las intervenciones de Rubalcaba. Se quedaba, en representación de la dirección popular, sólo Zaplana.

Rajoy, en todo caso, evitó ayer ser tan explícito. Se limitó a ironizar que sus reservas hacia el nuevo ministro del Interior no se refieren "a asuntos de la Dirección General de Tráfico". Su antecesor, José Antonio Alonso, ahora destinado a Defensa, era, para el líder popular, "mucho mejor para entenderse con el PP y abordar los graves problemas que habrá en el futuro", aseguró. Ello pese a que el PP ha pedido la dimisión de Alonso varias veces durante estos dos años.

El líder del PP se ciñó a insistir en que el nuevo ministro del Interior "no es una buena interlocución" y que su nombramiento constituye, por tanto, "una mala noticia". Tan mala, a su juicio, como la marcha de José Bono, "un ministro que defendía posiciones muy claras en materia de unidad nacional y de igualdad de los españoles".

Zaplana fue más allá en los elogios a Bono. Mantuvo que su salida obedece a la decisión de Zapatero de "remover todos los obstáculos que todavía existen" para llevar adelante su "proyecto claramente rupturista" de España; "de cambio de modelo, de cambio de régimen". Zaplana mantuvo que los socialistas que "no se domestican y se acoplan desaparecen del proyecto de Zapatero". Y puso como ejemplo a Francisco Vázquez, actual embajador en la Santa Sede.

Mediación internacional

Rajoy, mientras, se limitó a elogiar a aquellos socialistas que han defendido "que no hay ninguna necesidad en España de poner todo patas arriba". Y encontró "justa" la destitución de la titular de Educación, María Jesús San Segundo, que entendió como castigo a una gestión que ha sido "muy mala". Pero agregó que suena "a broma" que se produzca 24 horas después de haberse aprobado la nueva LOE. "Habría sido mejor quitar la ley y dejar a la ministra", ironizó.

Por otra parte, el presidente del PP tachó de "absolutamente disparatado" que alguien piense en recurrir a una mediación internacional para poner fin al terrorismo de ETA. "Aquí no hay nada que mediar, no hay nada que negociar, porque aquí no hay ningún conflicto entre nadie", zanjó en relación con las declaraciones del secretario general de la ONU, Kofi Annan, o del Papa. Según Rajoy, el terrorismo de ETA no es un conflicto sino "un problema de libertad" donde "unos señores pretenden privar a los demás de sus derechos". Por eso, aseguró, lo único que tiene que hacer ETA es dejar de ser una organización terrorista, y lo primero que debe hacer el Gobierno es que "verificar" que eso ocurre.